En cierta entrada de este blog hablé hace tiempo acerca de una de las primeras grabaciones de ópera completa que adquirí, en concreto la segunda. En este caso quería hacer lo mismo, pero hablando de la primera, a raíz del reciente fallecimiento el pasado 7 de agosto de una de las sopranos lírico-ligeras cuya exitosa carrera musical está casi prácticamente ligada a un único personaje, como fue la malvada Reina de la Noche de La flauta mágica mozartiana.
Estoy hablando de la holandesa Christina Deutekom, y como cualquier lector de esta bitácora ya se figurará, precisamente esta ópera de Mozart fue mi primera adquisición operística, siendo yo aún un chaval barbilampiño. El cuento aparentemente infantil de La flauta mágica sedujo a este adolescente desde el momento en que escuchaba por la radio las arias de Papageno, y ello valió para decidirle a descubrir por medios discográficos todo el universo sonoro de una de las óperas (y obras musicales en su conjunto) más grandes que haya creado el género humano.
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jueves, 4 de septiembre de 2014
sábado, 7 de diciembre de 2013
Adiós a Fernando: hasta siempre, amigo
La muerte de Fernando Argenta me ha afectado
profundamente. No sabía nada de su crítica enfermedad y para mí ha sido
un palo muy doloroso.
Fernando ha significado una parte fundamental de mi infancia y primera adolescencia a través de sus insustituibles programas de radio y televisión. Él me enseñó como ningún otro a aprender, pero sobre todo a amar y disfrutar la música clásica. Para mí no hubo nadie como él que hiciera tanto por la divulgación musical en este país que desgraciadamente denigra toda la cultura y exalta valores mediocres.
Recuerdo los ratos amenos y de aprendizaje que me hizo pasar escuchando Clásicos Populares en compañía de su gran compañera Araceli (¿qué aficionado no recuerda sus múltiples secciones, concursos...?), firmándome discos cuando acudía a alguno de los programas en directo que ofrecían en algún centro comercial, y lo bien que me lo pasaba viendo cada sábado desde mi casa El Conciertazo en La 2, donde le veíamos divulgar con pasión y entrega absoluta la música entre los más peques. Siempre repartiendo felicidad a todos.
Tuve la oportunidad y el inmenso placer de conocerle en persona realizándole dos entrevistas, una en 2008 (a punto de acabar su etapa en RNE, cuando la dirección del Ente Público le dio totalmente la espalda a él y a sus programas de forma injusta e hipócrita) y otra en 2010. Además de las cosas interesantísimas que me contó, pude descubrir su gran valor humano, que me impresionó hondamente. Siempre estaba de buen humor, con una sonrisa en la boca, riendo constantemente, y tratándote afectuosa y amablemente.
Yo quiero recordarle precisamente con su cálida sonrisa y su carácter familiar. Para mí merece un puesto de honor entre los más grandes. Nunca te estaremos lo suficientemente agradecidos por todo lo que nos has dado, pero siempre te llevaremos en el corazón. Buen viaje y hasta siempre, amigo. Descansa en Paz.
- Aquí dejo los enlaces a mis dos entradas del blog dedicadas a la última conversación que mantuve con él en 2010, con motivo de la publicación de su libro "Los clásicos también pecan".
- Y aquí va la entrevista semblanza que le realicé en 2008 para una de las asignaturas de mi carrera (en la última respuesta se pone de manifiesto el carácter incansable de su inigualable personalidad divulgativa).
Fernando ha significado una parte fundamental de mi infancia y primera adolescencia a través de sus insustituibles programas de radio y televisión. Él me enseñó como ningún otro a aprender, pero sobre todo a amar y disfrutar la música clásica. Para mí no hubo nadie como él que hiciera tanto por la divulgación musical en este país que desgraciadamente denigra toda la cultura y exalta valores mediocres.
Recuerdo los ratos amenos y de aprendizaje que me hizo pasar escuchando Clásicos Populares en compañía de su gran compañera Araceli (¿qué aficionado no recuerda sus múltiples secciones, concursos...?), firmándome discos cuando acudía a alguno de los programas en directo que ofrecían en algún centro comercial, y lo bien que me lo pasaba viendo cada sábado desde mi casa El Conciertazo en La 2, donde le veíamos divulgar con pasión y entrega absoluta la música entre los más peques. Siempre repartiendo felicidad a todos.
Tuve la oportunidad y el inmenso placer de conocerle en persona realizándole dos entrevistas, una en 2008 (a punto de acabar su etapa en RNE, cuando la dirección del Ente Público le dio totalmente la espalda a él y a sus programas de forma injusta e hipócrita) y otra en 2010. Además de las cosas interesantísimas que me contó, pude descubrir su gran valor humano, que me impresionó hondamente. Siempre estaba de buen humor, con una sonrisa en la boca, riendo constantemente, y tratándote afectuosa y amablemente.
Yo quiero recordarle precisamente con su cálida sonrisa y su carácter familiar. Para mí merece un puesto de honor entre los más grandes. Nunca te estaremos lo suficientemente agradecidos por todo lo que nos has dado, pero siempre te llevaremos en el corazón. Buen viaje y hasta siempre, amigo. Descansa en Paz.
- Aquí dejo los enlaces a mis dos entradas del blog dedicadas a la última conversación que mantuve con él en 2010, con motivo de la publicación de su libro "Los clásicos también pecan".
- Y aquí va la entrevista semblanza que le realicé en 2008 para una de las asignaturas de mi carrera (en la última respuesta se pone de manifiesto el carácter incansable de su inigualable personalidad divulgativa).
lunes, 7 de octubre de 2013
Obituarios: Wolfgang Sawalisch y Bruno Bartoletti
Wolfgang Sawalisch
El pasado 25 de febrero fallecía en Grassau, ciudad alemana
perteneciente al estado de Baviera, a la edad de 89 años, el director de
orquesta muniqués Wolfgang Sawalisch, una de las más notables batutas alemanas
del siglo XX.
Llegó a ser el director titular de dos grandes formaciones
centroeuropeas, como la
Sinfónica de Viena (durante la década 1960-1970) que heredó
de Barajan, simultaneándolo con la Filarmónica de Hamburgo (1961-1973). Un año
después fue el director de la
Orquesta de la Suisse Romande (1974-1980). Mantuvo una muy
estrecha colaboración con la Ópera Estatal de Baviera, al convertirse en su
director musical desde 1971 hasta 1992, tras lo cual se pondría de nuevo una
década al frente de la
Orquesta de Filadelfia (1993-2003) tras la marcha del gran
Eugen Ormandy. Aunque esta etapa junto a la orquesta americana representó una influencia
musical innegable, no ejerció como titular de la misma, ya que lo fue Riccardo
Muti por sugerencia de Ormandy.
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