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viernes, 5 de enero de 2024

Thielemann en Viena o el adusto teutón

Cual ritual anual, mi vocación periodístico-musical me lleva a levantarme la mañana del 1 de enero para presenciar el Concierto de Año Nuevo de Viena. La verdad es que la tradición de ver el concierto más televisado del mundo a través de la ORF (a unos 100 países) está suponiendo un mero trámite carente de expectación al constatar que en los últimos años este evento en sí mismo ha perdido bastante del interés que suscitaba hace décadas. 

No hay que negar que siempre es grato y placentero predisponerse cada primero de año para la escucha de un rosario de piezas bailables de la familia Strauss y sus contemporáneos, algunos de los cuales se descubren gracias a esta cita anual, ejecutados por la orquesta más prestigiosa y afamada del mundo entero, que acomete este repertorio con la facilidad con la que se respira, algo que por otro lado no han conseguido hacer ciertos directores que han sido invitados a dirigir este concierto y que han sido orillados fulminantemente, como fue el caso del venezolano Gustavo Dudamel, por citar un solo ejemplo, cuya única participación pasó sin pena ni gloria.

© Dieter Nagl / Filarmónica de Viena/ Agencia EFE

lunes, 2 de enero de 2023

Welser-Möst en Viena: ni a la tercera va la vencida

Resulta difícil encontrar un precedente en el que un Concierto de Año Nuevo en Viena haya arrinconado de tal modo al miembro más popular de la saga de los Strauss, Johann hijo, como el que ha dado comienzo a este 2023 bajo la batuta, por tercera ocasión, tras 2011 y 2013, del austríaco Franz Welser-Möst. Apenas dos de las piezas programadas, más dos en los bises (el Banditen Galop y el tradicional Danubio Azul), en un concierto atípico y repleto de rarezas, han conformado la presencia del rey del vals en la engalanada con miles de flores Sala Dorada de la Musikverein. El más favorecido, el que se ha llevado la palma, y precisamente ninguna con las que el público acompaña la muy cadenciosa este año Marcha Radetzky de Johann padre, ha sido el segundo hermano de la dinastía, Josef Strauss, que ha contado en la matiné vienesa nada menos que con ocho piezas surgidas de su nada desdeñable inspiración melódica y talento musical para las piezas de baile.

viernes, 9 de marzo de 2018

Diana Damrau en la Zarzuela: enseñorear el lied

Tras el exitoso concierto junto al tenor Jonas Kauffman en el Palau de la Música catalán, la soprano Diana Damrau (Gunzburgo, 1971) ha visitado en solitario el Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela de Madrid con un recital en el que se convocaban dos de los máximos representantes de la canción alemana posromántica, Hugo Wolf y Richard Strauss.


Acompañada al piano por el veterano Helmut Deutsch, Damrau interpretó en la primera parte una selección de los dos libros del Italienisches Liederbuch de Wolf, la misma obra que ella y Kauffman recorrieron íntegramente en su cita barcelonesa, un ciclo con textos anónimos de la tradición popular traducidos al alemán por Paul Heyse. Este viaje por 21 aforísticas canciones de la colección más amable y feliz de la producción liederística de Wolf sirvió para que la germana exhibiera todo su excepcional carisma y genuina personalidad musical en un sensacional recorrido caleidoscópico donde fueron alternándose una gran diversidad de expresividades: desde el primoroso desenfado de las canciones iniciales, pasando por el desencanto amoroso, hasta la maliciosa picardía de las últimas. En todas ellas Damrau se acompañó de una sugerente y encantadora expresión facial y corporal que hizo las delicias del público, con el que supo conectar al instante, convirtiendo en sumamente amena y estimulante la experiencia recitalística.

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martes, 2 de enero de 2018

Muti en Viena, la seriedad de lo bailable

El afamado maestro napolitano Riccardo Muti ha asimilado con la experiencia acumulada que interpretar la música bailable de la familia Strauss es algo muy serio. Con 76 años a sus espaldas, ha interiorizado la verdadera esencia del vals vienés, en su mixtura de música popular y culta. Y así lo ha demostrado en la quinta ocasión que ha acudido a dirigir en la tradicional cita de año nuevo en la Sala Dorada de la Musikverein de Viena, de la que él ha asegurado que va a ser la última. Ni una sola broma y sin salirse del guión durante todo el transcurso del concierto, ha brindado un concierto convencional desde el punto de vista ceremonial, con gesto y expresión sobria, cuando no adusta. No obstante, a pesar de poder resultar en una primera impresión un Concierto de Año Nuevo frío e inexpresivo, con esa extrema austeridad, y respaldado por la veteranía que le ha llevado a trabajar en centenares de ocasiones con la Filarmónica de Viena, el director napolitano ha conseguido extraer de la orquesta la musicalidad y el genuino y exclusivo sonido que la convierten en la mejor del mundo. Por tanto, suma pulcritud, elevado refinamiento, fina distinción y perfección técnica han definido musicalmente al concierto de este 2018.

El mismo comenzó con una ampulosa Marcha de entrada de la opereta El barón gitano de Johann hijo, ralentizada en tempo más de lo habitual, alejándose un tanto del tono militar original. Siguió el bellísimo vals Frescos vieneses de Josef (de una soberbia introducción, con la destacada participación del chelo solista), donde empezó a traslucir la elegancia de la línea melódica y el justo y preciso rubateo. Hubo humor muy sutil, sin excesos, en la polca francesa Buscando novia de Johann, que contiene melodías de la mencionada El barón gitano, donde Muti resaltó el guiño onomatopéyico que caracteriza al personaje del criador de cerdos de esta opereta. La flexibilidad y el vitalismo vinieron a continuación con la polca rápida Sangre ligera de Johann, para concluir la segunda parte con dos obras de Johann padre: los interesantes Valses de María y la polca rápida sobre el galop de la ópera Guillermo Tell de Rossini, que se limita a parafrasear con ritmo más enérgico y danzarín la celebérrima obertura rossiniana.

lunes, 21 de agosto de 2017

Charles Dutoit con la Royal Philarmonic: la maestría de la tradición

Venía Charles Dutoit al Festival Internacional de Santander a erigirse como un histórico exponente de la gran tradición interpretativa al frente de la legendaria Royal Philarmonic Orchestra, de la que es su director artístico y titular. Y es que su personal estilo de dirección nos acerca a pautas y cánones de un pasado glorioso, para nada frecuente en nuestros días, condensando la gran herencia francesa y alemana (la de Ernest Ansermet, la de Herbert von Karajan) por medio de un sutil refinamiento y la consecución de un sonido propio y exclusivo, como lo atestigua su fructífera etapa con la Orquesta Sinfónica de Montreal.


Y esto lo demostró el consumado maestro suizo nada más salir al escenario de la Sala Argenta del Palacio de Festivales con una lectura vibrante, enfática, sumamente vitalista, de una obra dificultosa en lo técnico como es la obertura de El Corsario Op. 21 de Hector Berlioz, a la que imprimió un sonido tan vigoroso como flexible, y donde traslució el espléndido trabajo virtuosístico de la cuerda en mezcolanza con las maderas, aunque se acusó un tanto efectista la aportación de los metales.

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lunes, 10 de julio de 2017

Achúcarro, piano en estado de gracia

Es un privilegio que los grandes maestros continúen dando auténticas lecciones de veteranía y buen hacer. Y eso es lo que precisamente vino a regalar Joaquín Achúcarro, el gran coloso del piano español, a todo aquel que acudió al concierto inaugural, concebido como homenaje a su figura, de la décima edición del Festival ASISA de Música de Cámara de Villaviciosa de Odón (Madrid), un consolidado certamen musical de verano liderado artísticamente con esfuerzo y tesón por el joven pianista Mario Prisuelos, vecino del municipio madrileño, que tras una década ha conseguido convertir ya en un referente local a nivel de calidad y diversidad artística. Aunque estaba inicialmente previsto que el concierto se celebrase al aire libre, en la Plaza del Peregrino del Coliseo de la Cultura, por causa de la lluvia tuvo que ser trasladado al recinto interno del Auditorio Teresa Berganza.


Uno no sale igual después de haber presenciado un recital del pianista bilbaíno. Achúcarro es capaz de crear un clima especial y único en el auditorio, una comunión casi espiritual entre audiencia y pianista que llega en ocasiones a rozar el éxtasis de lo místico. Algunos lo llaman pathos, lo epatante. En sus genuinas versiones exhibe un halo de intelectualidad que le lleva a conseguir la siempre buscada autenticidad de la música que interpreta. La música misma, desnuda, sin artificios ni veleidades. Es como el chamán que muestra a sus oyentes el misterio vedado e inaccesible que encierra cada obra en particular, mostrándola delante de sí en su naturaleza más pura y sencilla. Resulta increíble, pero a la venerable edad de 84 años, el maestro bilbaíno conserva cualidades insólitas, demostrando en todo momento su excelente forma física y una vitalidad desbordante que hacen extraer lo mejor de sí mismo ante el teclado. Un milagroso estado de gracia que aún hoy sigue catalogándole con justicia como uno de los mejores pianistas del mundo.

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viernes, 2 de junio de 2017

Paul McCreesh y los Gabrieli Consort and Players: un viaje por el tiempo

Aquello que pudo verse y oírse en la basílica de San Marcos de Venecia, durante la coronación del dogo Marino Grimani, un 26 de abril de 1595, nos lo han propuesto Paul McCreesh y sus huestes del Gabrieli Consort and Players en esta visita al Auditorio Nacional de Madrid: una reconstrucción musical lo más fidedigna posible de lo que podría haber sido aquella ostentosa ceremonia. Como punto de partida, el director británico y sus conjuntos habían llevado esta liturgia sonora al disco en 1990 para el sello Virgin, y, en vista del éxito obtenido, que no ha cesado desde entonces, se vieron obligados a realizar en 2012 un nuevo registro, enriquecido y renovado, pero con la base de aquel original.


Hoy en día, tras 27 años, el espectáculo no pierde ni un ápice de su poder evocador y de su belleza estética, en su pretendido afán por dotar al conjunto de una continuidad y un carácter secuencial donde el canto llano de la liturgia de la misa ordinaria y del propio del tiempo se alterna en natural connivencia con la polifonía. Conformado por obras de diversas épocas en su mayor parte de Andrea y Giovanni Gabrieli (tío y sobrino, respectivamente), asistimos a una gran variedad de formas musicales y muy diversas combinaciones instrumentales, convocándose en total un coro de 11 voces, íntegramente masculinas, y un conjunto de 15 instrumentistas entre violín, viola, cornetas, trompetas, sacabuches, bajón, tambor y dos órganos positivos. Un auténtico tour de force y algo insólito de ver actualmente en los escenarios.

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domingo, 28 de mayo de 2017

Temirkanov y la Filarmónica de San Petersburgo, lección de música rusa

Los minutos previos al último concierto del ciclo Juventudes Musicales en el Auditorio Nacional de Madrid, que en la próxima temporada se verá diluido en el de Ibermúsica, se vieron empañados por los estragos que hizo la megafonía. Y se lo hizo particularmente difícil a Isabel Falabella, promotora del ciclo, que, antes del concierto, no encontraba ocasión para poder comunicar su mensaje a un cada vez más impaciente auditorio, por más que redoblase sus infructuosos esfuerzos para hacerse entender a través de un inservible micrófono y usara su débil voz sin apoyo de ninguno. Al fin, cuando todo se iba convirtiendo en un ridículo espectáculo, un profesor de la orquesta consiguió traer un micrófono que funcionaba y Falabella pudo expresar sus ilusiones volcadas en el ciclo durante décadas y la intención de continuar con el programa de becas para jóvenes músicos.


Todo se olvidó cuando los protagonistas del concierto, la histórica Orquesta Filarmónica de San Petersburgo, dirigida por su titular durante décadas, el grandísimo maestro Yuri Temirkanov, hicieron entrada con una vibrante y velocísima lectura, de trazo vertiginoso, de la obertura de la ópera Ruslán y Ludmila de Mijaíl Glinka, donde se hizo especialmente palpable la brillantez de la sección de cuerdas en el ejercicio virtuosístico.

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sábado, 22 de abril de 2017

Rossini y Brahms por la Orquesta y Coro de RTVE, cuestión de balances

La Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE dirigidos por su titular Miguel Ángel Gómez Martínez recalaron en la 56ª Semana de Música Religiosa de Cuenca el Jueves y Viernes Santo con dos conciertos en el Teatro Auditorio en los que ofrecieron dos obras religiosas sinfónico-corales del siglo XIX que ya habían interpretado recientemente en su temporada del Teatro Monumental de Madrid, de un lado el Stabat Mater de Rossini y de otro el Réquiem alemán de Brahms. Antes de comenzar la interpretación de este último, el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, entregó a la Orquesta y Coro de RTVE el premio honorífico de la SMR por su difusión de la música sacra, al director de Comunicación y Relaciones Institucionales de RTVE, Manuel Ventero, y a la directora gerente de ambas agrupaciones, Mikaela Vergara.


Se asistió a dos propuestas antagónicas de dos obras disímiles en carácter, expresión musical y medios empleados, y de las cuales mostró Gómez Martínez su perfecto conocimiento al dirigir una vez más sin partitura. En el Réquiem alemán de Brahms, obra estrictamente de exigencia y preponderancia coral, se impuso en gran medida sobre la orquesta la compacta cobertura del Coro de RTVE, en comunión natural con las voces del Coro de la Comunidad de Madrid, con las secciones de sopranos y tenores atacando con poderosa proyección y potencia vocal los ascensos más comprometidos de toda la exigente partitura. La lectura, de trazo largo, fue serena, contenida y no exenta de tensión y pulso dramático (sobre todo en los números 3 y 6, los de barítono y coro), dotada en general de tempos amplios y ampulosos, y revestida suficientemente de la requerida densidad orquestal, aunque en ocasiones muy escasamente equilibrada entre la abrumadora presencia de la masa coral y la discreción orquestal. Para mensurar balances, se optó acertadamente por que el coro cantase sentado el número 5 junto a la soprano Ruth Iniesta (que sustituyó a la inicialmente prevista Isabel Monar), cuya voz se reveló al principio destemplada y no especialmente cómoda con la bellísima parte, mientras que el barítono José Antonio López acusó en sus dos números tendencia a abrir los sonidos y a forzar excesivamente la voz.

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martes, 18 de abril de 2017

Doblete de cámara en la Semana de Cuenca: la técnica se impone a la expresión

En su afán de dar cabida a otros géneros musicales no estrictamente relacionados con la música sacra y litúrgica, la Semana de Música Religiosa de Cuenca propuso el Jueves y Viernes Santo dos conciertos muy diferentes de música instrumental en el Espacio Torner (Iglesia de San Pablo) a cargo del violonchelista italiano Gaetano Nasillo y el clavecinista Olivier Baumont, respectivamente, pero atravesados por un siempre buscado halo de espiritualidad.


Bajo el título de “Il profondo sentire dell’anima”, Nasillo planteó un recorrido por algunas de las primeras y más desconocidas piezas escritas para violonchelo solo, que sirvieron para demostrar las posibilidades armónicas y rítmicas que este instrumento de cuerda podía presentar en la música barroca italiana, desde las más sobrias y serias ricercate o ricercari de autores como Giovanni Battista Degl’Antonii, Domenico Gabrielli o Domenico Galli, hasta piezas de mucho mayor lucimiento virtuosístico como la tarantella y romanella de Giulio de Ruvo, la toccate de Francesco Paolo Supriano, o los caprichos de Giuseppe Maria Dall’Abaco y Carlo Graziani, obras que desfilaron con algo de dificultad a la hora de seguir el programa, por la división en diversas partes que caracterizaba a varias de ellas. Pese a lo rebuscado del repertorio seleccionado, el chelista italiano, que exhibió una cálida sonoridad y un alto lucimiento técnico, no decepcionó al público congregado en la pequeña nave de la iglesia convertida en sala de exposiciones, regalando como propina la Allemande de la Suite nº 1 para chelo solo de Bach.



domingo, 16 de abril de 2017

Alonso Lobo en Cuenca, breve homenaje

Con motivo del cuarto centenario del fallecimiento del polifonista sevillano Alonso Lobo (1555-1617), la Semana de Música Religiosa de Cuenca ha aprovechado la oportunidad de celebrar este aniversario con un único concierto dedicado a su memoria el Miércoles Santo en la Iglesia de San Miguel a cargo del Choir of Gonville & Caius College de la prestigiosa Universidad de Cambridge, conjunto de música vocal liderado por el maestro Geoffrey Webber, que si no ha compendiado las obras polifónicas más granadas del compositor de Osuna, sí al menos ha traído una muestra representativa del talento de Lobo como polifonista.


Este grupo vocal británico lo componen alrededor de 25 voces jóvenes que responden con firmeza y musicalidad a las demandas de un director a la antigua usanza en materia de música eclesiástica, que sabe extraer el matiz o la modulación precisa del conglomerado polifónico.

La primera parte del programa la conformó la muy desconocida Pasión según San Mateo del autor sevillano (a la sazón, tampoco demasiado prodigado), cuyas fuentes de canto llano, correspondientes al relato del Evangelio, están extraídas de la Catedral primada toledana donde Lobo ejerció como maestro de capilla. El texto evangélico es declamado a la manera de salmodia por parte del cronista o evangelista y a través de un canto recitado algo más desarrollado en el caso de las intervenciones de Jesús y los demás personajes intervinientes en el relato de la Pasión. Por su parte, el canto en polifonía corresponde a las voces de la turba. Ciertamente, la monotonía del canto llano correspondiente al relato del cronista, en contraposición con los breves coros en tratamiento polifónico, que resultan sin duda lo más atractivo y propio de la composición, provocan una escucha difícil y fatigosa de esta Pasión, que no es ni por asomo de lo más genial de su autor.

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miércoles, 12 de abril de 2017

"Lazarus" de Schubert o un comienzo prometedor

Tenía mucho que decir Franz Schubert en una obra como Lazarus. Pero lo que llegase a querer musicalizar al final de esta composición lo ignoramos. Es de suponer que la principal razón, si es que realmente podemos aventurar alguna, de encontrarnos ante una nueva partitura inconclusa dentro de la dilatada producción del compositor vienés, fuera su costumbre de abordar a la vez múltiples proyectos compositivos que luego abandonaba por causas desconocidas a lo largo de su corta y un tanto errática existencia, de la que ciertamente tampoco conocemos demasiados detalles, hasta el punto de no dar firmemente por sentado la causa de su fallecimiento pese a la extendida y romántica hipótesis de la epidemia de la sífilis, a la que siempre nos adherimos por diversas pistas e indicios, que le llevó a la tumba con tan sólo 31 años un año después de Beethoven.


Lo cierto es que Lázaro, o La Festividad de la Resurrección, drama religioso para solistas, coro y orquesta sobre un texto de un poeta aparentemente menor en la literatura germánica como August Hermann Niemeyer, nos presenta a un Schubert insospechado y a la vez inexplorado (la obra apenas posee grabaciones y en España no se escucha desde hace décadas). Es bien sabida la constante lucha del vienés durante su vida por erigirse en el campo teatral, un género que cultivaba pero que se le resistía, en muchos casos por la elección de libretos mediocres para sus óperas, por lo que entendemos que tendiese a refugiarse en géneros más íntimos y que dominaba mejor, como la música de cámara o el lied, del que se convierte en su más consumado artífice.

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Cuarteto Casals en Cuenca: el Haydn más religioso

La céntrica Iglesia de San Miguel de Cuenca ha acogido la esperada participación del Cuarteto Casals en la 56ª edición de la Semana de Música Religiosa. Este concierto 3, correspondiente al Lunes Santo, estuvo integrado por dos obras de gran contraste: Cantos de Francisco Coll y Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz de Haydn.


Cantos, obra de encargo del festival al joven compositor valenciano Francisco Coll (1985), fue la atractiva partitura con la que la agrupación catalana abrió el concierto. La Semana de Cuenca, en esta su nueva etapa con el maestro Cristóbal Soler al frente, continúa apostando con voluntad y empeño por dar oportunidad a las obras españolas de nueva creación. Un talento, el español, que lo hay y mucho, y que a veces encuentra una serie de dificultades a la hora de desarrollarse en suelo patrio.

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martes, 28 de febrero de 2017

"La Creación" con la Orquesta de RTVE y Jaime Martín: cuando el coro salva un oratorio

Abordar la interpretación de un oratorio de tanta ciencia y sabiduría musical como es La Creación de Franz-Joseph Haydn, en el que voces solistas y masa coral aseguran el éxito o el fracaso de la empresa, exige de todos los intérpretes vocales la más pura cantabilidad y una perfecta adecuación al estilo de la época en que nos encontramos, el Clasicismo de finales del siglo XVIII. En la lectura ofrecida en el Teatro Monumental por los conjuntos orquestales y corales de la RTVE se evidenció que, si uno se pensaba que en lo que atañe a las voces, el coro salvaría únicamente el oratorio más popular de Haydn con unos cantantes de menor altura musical, se estaba bastante alejado de la realidad, pero lo cierto es que la velada fue salvada en gran parte por el coro, como siempre de presencia tan destacada en este tipo de obras sinfónico-corales. Y es que en este caso particular no se aciertan a comprender las razones para la elección de los cantantes.


Parafraseando el Génesis, en el primer capítulo, Dios crea el mundo en seis días. En los capítulos 6 al 9 Dios castiga al hombre, aquel al que había creado en el sexto día, y le envía el Diluvio Universal. Sólo salva a Noé y su familia. Pues bien, aquí, del trío de arcángeles, salvaríamos del diluvio sin pensárnoslo dos veces a Gabriel, interpretado por la soprano brasileña que posee, curiosamente, el nombre femenino del arcángel, Gabriella Pace, y que también daba vida a Eva, la cantante más convincente y de mejor solvencia vocal del reparto. Su timbre, de tinte lírico, es grato al oído, y si a eso se suman gusto canoro, homogeneidad vocal, capacidad para realizar filados y medias voces, y facilidad en el registro más elevado, se tiene casi todo en Haydn, pese a poseer una discreta proyección. Se hubiera deseado un punto más de expresión, no tanta levedad, y quizá un mayor grado de ligereza en vocalizaciones u ornamentaciones, pero en términos generales la soprano consigue defender correcta y dignamente su parte.

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miércoles, 15 de febrero de 2017

Michel Plasson con la Orquesta de RTVE: lección magistral de música francesa

En este duodécimo concierto de abono de la Orquesta Sinfónica de RTVE el Teatro Monumental acogía la visita del maestro parisino Michel Plasson. Se incluían en los atriles dos obras de compositores franceses de finales del siglo XIX, tan disímiles en sus respectivos universos y lenguajes sonoros, como Gabriel Fauré (Pélleas et Mélisande) y César Franck (Sinfonía en Re menor), además de programarse el Concierto para viola y orquesta del compositor británico William Walton, interpretado por la jovencísima solista navarra Isabel Villanueva. Antes de dar comienzo al concierto, se invitó por megafonía al público a guardar un obligado minuto de silencio en recuerdo del musicólogo José Luis Pérez de Arteaga, fallecido la noche del 9 de febrero en Madrid a los 66 años de edad, referente indiscutible de la musicología y el periodismo musical a través de las ondas de Radio Clásica y de multitud de publicaciones especializadas, y vinculado además durante mucho tiempo a las retransmisiones de los conciertos de RTVE.


La velada musical daba comienzo con la suite en cuatro movimientos de Pelléas et Mélisande Op. 80 (1898) de Gabriel Fauré, basada en la tragedia simbolista de Maurice Maeterlinck, y de la que Debussy sacó tanto juego escénico, a pesar de ser Fauré el que primero se interesase por ella. Se adivina la mano del director galo a la hora de elegir un repertorio en el que es un consumado experto. A sus venerables 83 años, Michel Plasson es uno de esos grandes maestros, de los pocos que aún quedan, de la vieja escuela francesa. No lo puede ocultar, la tradición corre por sus venas: pose expresiva y elegancia interpretativa le definen. Un director de los que se hacen querer por su misma afabilidad, y por su vitalidad, que no le sobra. Y de los que a pesar de la edad siguen ofreciendo auténticas lecciones musicales. Poco importan sus ruidosos saltos en el podio para demandar un pasaje más enfático y agitado, o sus constantes siseos, que a manera de rubateo subrayan la cadencia de la frase musical; algunas grandes batutas del pasado han tenido sus manías y sus poses interpretativas, recordemos mismamente los arrebatos de Celibidache.



lunes, 6 de febrero de 2017

Arrebato romántico de Pablo Heras con la Orquesta y coro de RTVE

Dos compositores tan indisolublemente unidos en el devenir de la música romántica alemana como lo constituyen Schumann y Brahms se convocaban en el undécimo concierto de abono de la Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE, unos conjuntos que, manteniéndose fieles a sí mismos, continúan en su encomiable afán e iniciativa de redescubrir un repertorio musical poco o nada explorado, como es el caso de las dos obras del primero de ambos genios que se pudieron escuchar en la primera parte del presente concierto. Quizá el máximo atractivo del mismo recaía en la presencia del maestro granadino Pablo Heras-Casado como director debutante con la orquesta de RTVE, una meteórica batuta que a sus casi 40 años se ha convertido en un ídolo musical al que hoy por hoy no sólo sigue de cerca con sincero entusiasmo tanto el curioso aficionado como el severo y razonado juicio de la crítica musical, sino el de otros campos periodísticos tan habitualmente rayanos a la frivolidad y no menos carentes de curiosidad como las crónicas de Sociedad.


Ya es infrecuente de por sí hallar composiciones sinfónico-corales de Robert Schumann en las salas de concierto, un creador hoy en día casi exclusivamente alabado (y programado) en su faceta de compositor de piezas pianísticas, de sinfonista o de liederista, nunca como cultivador de lo que podríamos llamar música incidental, algo que sí es en cambio mucho más recordado en su contemporáneo Mendelssohn. En este caso nos encontramos con un par de rarezas basadas en sendos poemas de Friedrich Rückert, a cuya lírica tan asiduamente acudió en sus memorables ciclos de lieder.



sábado, 21 de enero de 2017

Concierto de RTVE: De viaje por América con Joseph Young

Un programa marcado por la fuerte impronta norteamericana es el que nos ha presentado la Orquesta Sinfónica de RTVE en su décimo concierto de abono, contando con la batuta invitada del estadounidense Joseph Young, actual director asistente de la Orquesta Sinfónica de Atlanta, y que ha dejado una magnífica impresión en el Teatro Monumental.


Interpretaba por vez primera la orquesta la obra Minutos sinfónicos Op. 36 del olvidado pianista y compositor húngaro Ernö Dohnányi (1877-1960), contemporáneo de Bartok y Kodaly, y abuelo del director de orquesta Cristoph von Donhányi. Ernö (conocido a veces con la distinción nobiliaria de Ernö von Donáhnyi) fue acusado de pronazi al recalar en Viena durante la Segunda Guerra Mundial después de haber ayudado a la evacuación de músicos judíos desde Hungría a EEUU a través de su intermediación como director de la Academia de Música de Budapest, y acabó emigrando a Norteamérica para vivir una vida más cómoda, huyendo de esa acusación infundada. Su estilo musical está innegablemente influenciado por la tradición germánica, cuya muestra de ello es esta partitura, que no obstante está marcada por el carácter de ligereza y floritura orquestal, muy alejada de la profundidad brahmsiana de sus composiciones más serias, y donde la brevedad es la nota dominante. 

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lunes, 5 de diciembre de 2016

"Velada al piano": un recorrido por la música de salón de los siglos XIX y XX

La Fundación de Casas Históricas y Singulares está trabajando en un proyecto llamado Vivencias Culturales, que trata de poner en valor edificios históricos de carácter privado, celebrando en ellos actividades culturales vinculadas a la historia o el arte del propio espacio histórico.

La segunda actividad del proyecto es un concierto de piano a cargo del pianista Carlos González, que se celebrará el 14 de diciembre en el histórico salón de música de la Fundación Fernando de Castro con el título "Velada al piano. Un recorrido por la música de salón de los siglos XIX y XX". Lo que proponemos es recuperar las veladas musicales decimonónicas haciendo un recorrido por la música de salón, como si nunca hubieran dejado de celebrarse estas veladas; así que comenzaremos con música romántica y pasaremos por neoclasicismo, impresionismo, ballet y cine... terminando en jazz y bossa-nova.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Cóctel coral en el coliseo lírico madrileño

La Fundación Excelentia ha ofrecido por todo lo alto un concierto especial el 28 de septiembre en el Teatro Real un día antes de la inauguración oficial de su temporada en el Auditorio Nacional dentro de lo que ha dado en denominar "Madrid Summer Classical Nights", con dos obras de repertorio sinfónico-corales como la Misa en Do mayor, "de la Coronación", de Mozart y la Novena Sinfonía de Beethoven. Además, la Fundación organizadora de conciertos está de celebración, pues en el presente año sus conjuntos orquestal y coral cumplen sendos aniversarios: 15 años la Orquesta Clásica Santa Cecilia y un lustro la Sociedad Coral Excelentia de Madrid. En este caso, el maestro canadiense Julian Kuerti fue el encargado de dirigir esta esperada cita musical.

Fotografía del concierto cedida por Fundación Excelentia

La lectura de la misa mozartiana (pese a popular, muy poco programada actualmente en las salas de concierto), fue de pulso ágil y ligero en las manos de Kuerti, un tanto sobria, ofreciendo un diáfano equilibrio entre planos discursivos (como esos fuertes contrastes dinámicos en el Credo) y huyendo de pomposidades sonoras en los metales, si bien con tendencias hacia cierta urgencia y precipitación en los tempi rápidos, lo que no fue obstáculo para que las voces del coro, altamente empastadas aunque con mayor primacía de las cuerdas agudas, demostrasen todo su buen hacer canoro, imprimiendo vigor a la famosa pieza, complementadas por un cuarteto de solistas vocales en el que dominó el incisivo timbre de candente metal en el registro agudo de la soprano andaluza Ruth Rosique, que demostró una ligada línea de canto en los arriesgados melismas del cantabile Agnus Dei. Igualmente es grato el color vocal, aunque su voz no es demasiado potente en proyección, del tenor catalán Roger Padullés, y un tanto en segundo plano resultan los materiales canoros de la mezzosoprano granadina Isabel Egea y del bajo argentino Juan Manuel Muruaga.

jueves, 21 de julio de 2016

La Sinfonía "Lobgesang" en Madrid: los efectos de la acústica

La acústica de una iglesia puede resultar más o menos afortunada a la hora de programar un concierto de música clásica dentro de un recinto sagrado. Las reverberaciones que el sonido produce expansionándose por todas las paredes, bóvedas y capillas de una gran basílica o catedral puede engrandecer la ya de por sí sonora autoridad de los acordes de un órgano, favorecer la belleza del sonido en las voces de un pequeño coro y no perturbar demasiado la homogeneidad de un conjunto de cámara. El problema se halla cuando se introduce una gran orquesta sinfónica y un coro juntos en el interior de un templo. Convertir una iglesia en una sala de conciertos al modo de un auditorio puede resultar, cuando menos, arriesgado. Y ese gran riesgo se ha asumido por parte de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid al decidir actuar en la esplendorosa Real Basílica de San Francisco el Grande del barrio de Palacio de la capital madrileña, dentro del ciclo Clásicos en Verano, una propuesta singular y novedosa, la de incluir orquesta y coro en un marco eclesial, que no recordamos que se hubiera producido en años anteriores en este festival veraniego.