El sello Decca contribuye con esta flamante recuperación de la ópera Germanico in Germania a la conmemoración del 250 aniversario del fallecimiento de su autor musical, el napolitano Nicola Porpora (1686-1768). Una primera grabación mundial de este dramma per musica efectuada en Polonia entre julio y agosto de 2016 que se une a los diversos y variados registros discográficos de óperas barrocas italianas de George Frideric Handel o Johann Adolph Hasse en los que ya ha participado el meteórico contratenor croata Max Emanuel Cencic, que aquí encabeza un cast de auténticas campanillas dando vida al personaje titular, con el respaldo instrumental de la Capella Cracoviensis dirigida por Jan Tomasz Adamus.
Es justo reconocer que gracias a la iniciativa de Cencic la figura de Nicola Antonio Porpora como compositor teatral se está dando a conocer en nuestros días y está contribuyendo a aumentar su repertorio a nivel discográfico, como también lo atestigua su último disco de arias operísticas del compositor en el mismo sello de la Universal. En el presente caso, Decca prepara una lujosa edición en 3 discos compactos en la que se incluye íntegro el original libreto en italiano de la ópera únicamente con traducción en inglés y fotografías de algunos de los intérpretes, con especial atención para Cencic.
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domingo, 1 de abril de 2018
El Cuarteto Gerhard en Harmonia Mundi: pisando fuerte
El Cuarteto Gerhard realiza su carta de presentación discográfica en el sello francés Harmonia Mundi, dentro de su ciclo harmonia#nova dedicado a los jóvenes intérpretes, con tres interesantes obras de Schumann, Berg y Kurtág que por otro lado no se hallan entre las más determinantes para la historia del cuarteto de cuerda.
De entrada el Cuarteto op. 41 nº 3 en la mayor de Robert Schumann, obra de compleja estructura armónica que el conjunto catalán edifica con decidido empeño y sobresaliente resultado en el doble plano expresivo y técnico, como lo demuestra el segundo movimiento, Assai agitato, en donde resulta palmaria la encendida vehemencia interpretativa. Una honda poesía expresiva subyace en el Adagio molto, de línea muy refinada y sonido compacto, antes de la renovada pasión que insuflan al saltarín Finale. Allegro molto vivace, sin perder ni un ápice la virtuosa rítmica del discurso, que deja atrás las brumas del siempre problemático primer movimiento.
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De entrada el Cuarteto op. 41 nº 3 en la mayor de Robert Schumann, obra de compleja estructura armónica que el conjunto catalán edifica con decidido empeño y sobresaliente resultado en el doble plano expresivo y técnico, como lo demuestra el segundo movimiento, Assai agitato, en donde resulta palmaria la encendida vehemencia interpretativa. Una honda poesía expresiva subyace en el Adagio molto, de línea muy refinada y sonido compacto, antes de la renovada pasión que insuflan al saltarín Finale. Allegro molto vivace, sin perder ni un ápice la virtuosa rítmica del discurso, que deja atrás las brumas del siempre problemático primer movimiento.
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miércoles, 28 de marzo de 2018
Iñeruntz. Basque Impressions: la renovada expresión del txistu
Iñeruntz. Basque Impressions II es un sugestivo volumen editado por el sello Orpheus Classical que integra un abanico de composiciones contemporáneas para txistu, el instrumento señero del folclore musical vasco, con el acompañamiento de acordeón, interpretadas por Aitor Amilibia y José Antonio Hontoria, respectivamente. Pese a lo modesto de los efectivos, la combinación de la genuina voz del instrumento de viento con el sostén armónico del acordeón aporta un enorme enriquecimiento mutuo desde el punto de vista tímbrico, al que se une en varias de las piezas el tamboril, inseparable compañero del txistu, y cuyo intérprete no se especifica en el compacto.
Por medio de siete pequeñas obras, algunas de ellas con títulos en euskera, los dos instrumentistas incursionan con gran control técnico y agilidad virtuosística en un singular conglomerado de melodías y ritmos de diferentes colores y texturas, firmadas por autores como Carlos Ibarra, Tomás Aragüés, Martin Zalba, Carlos Villasol, Jabier Ituarte, Gabriel Erkoreka y Félix Ibarrondo. Aunque en todas estas composiciones está presente en mayor o menor medida la referencia ineludible de la música tradicional vasca, ya sea en sentido más literal o evocativo, a medida que avanza el disco hallamos piezas de un lenguaje más abstracto, minimalista o abiertamente experimental que abandona la exuberancia de la melodía amplia y abierta para centrarse en un discurso musical más rítmico, esquemático y sobre todo más contrastante entre ambos instrumentos.
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Por medio de siete pequeñas obras, algunas de ellas con títulos en euskera, los dos instrumentistas incursionan con gran control técnico y agilidad virtuosística en un singular conglomerado de melodías y ritmos de diferentes colores y texturas, firmadas por autores como Carlos Ibarra, Tomás Aragüés, Martin Zalba, Carlos Villasol, Jabier Ituarte, Gabriel Erkoreka y Félix Ibarrondo. Aunque en todas estas composiciones está presente en mayor o menor medida la referencia ineludible de la música tradicional vasca, ya sea en sentido más literal o evocativo, a medida que avanza el disco hallamos piezas de un lenguaje más abstracto, minimalista o abiertamente experimental que abandona la exuberancia de la melodía amplia y abierta para centrarse en un discurso musical más rítmico, esquemático y sobre todo más contrastante entre ambos instrumentos.
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domingo, 25 de marzo de 2018
Zandra McMaster junto al Vogler Quartett en obras de Respighi, García Abril y Ernest Chausson
Este disco que aquí comentamos es el tercero y último de una serie del Cuarteto Vogler en el que el conjunto de cámara cuenta en exclusiva con la colaboración de la mezzosoprano irlandesa Zandra McMaster. En realidad se trata de varios registros realizados en Berlín, en concreto en el Konzerthaus y el Gendarmenmarkt.
Tres únicas obras son las que conforman este recital discográfico improvisado que comienza con Il Tramonto (1914) de Ottorino Respighi, una partitura de estética verista pese al texto netamente romántico de Percy Shelley. El rico y expresivo ropaje armónico de las cuerdas consigue establecer el clima intimista para que la cantante recree con entraña operística el halo teatral de la obra en una muy matizada línea de canto en la que exhibe su acusado registro grave y un controlado vibrato.
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Tres únicas obras son las que conforman este recital discográfico improvisado que comienza con Il Tramonto (1914) de Ottorino Respighi, una partitura de estética verista pese al texto netamente romántico de Percy Shelley. El rico y expresivo ropaje armónico de las cuerdas consigue establecer el clima intimista para que la cantante recree con entraña operística el halo teatral de la obra en una muy matizada línea de canto en la que exhibe su acusado registro grave y un controlado vibrato.
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miércoles, 21 de marzo de 2018
Jewish Life: retratos con esencia judía
Jewish Life. Portraits of the past es el título del álbum que el Mazik Duo, formado por el clarinetista menorquín Tolo Genestar y el pianista catalán Marc Sumsi, ha registrado como carta de presentación discográfica en Temps Record para rendir su particular homenaje a la música de influencia e identidad judía, y que constituye la materialización en disco de un proyecto diseñado años atrás por este joven dúo de instrumentistas.
En este atípico trabajo, nada comparable a ningún otro lanzado al mercado hasta el momento por su singularidad y decidido empeño a la hora de acercarse y reivindicar este tipo de repertorio, Genestar y Sumsi incluyen varios ejemplos contemporáneos del conocido como género klezmer, cultivado por la comunidad judía del este de Europa (ashkenazí), de autores como Béla Kovács, Paul Schoenfield y Marcel Saurer, en las que el instrumento de viento madera lleva la voz preponderante en discursos musicales marcados por su acusada alternancia entre pasajes melancólicos y reflexivos junto a otros más vivaces y vertiginosos. El exacerbado virtuosismo para el clarinete y la rítmica siempre cambiante convierten en un auténtico reto interpretativo obras como la Sonatina para clarinete klezmer y piano de Schoenfield, página de 2011 que pudiera parecer concebida bajo el único pretexto del baile y la celebración festiva.
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En este atípico trabajo, nada comparable a ningún otro lanzado al mercado hasta el momento por su singularidad y decidido empeño a la hora de acercarse y reivindicar este tipo de repertorio, Genestar y Sumsi incluyen varios ejemplos contemporáneos del conocido como género klezmer, cultivado por la comunidad judía del este de Europa (ashkenazí), de autores como Béla Kovács, Paul Schoenfield y Marcel Saurer, en las que el instrumento de viento madera lleva la voz preponderante en discursos musicales marcados por su acusada alternancia entre pasajes melancólicos y reflexivos junto a otros más vivaces y vertiginosos. El exacerbado virtuosismo para el clarinete y la rítmica siempre cambiante convierten en un auténtico reto interpretativo obras como la Sonatina para clarinete klezmer y piano de Schoenfield, página de 2011 que pudiera parecer concebida bajo el único pretexto del baile y la celebración festiva.
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sábado, 17 de marzo de 2018
Andrea González Caballero: la voz femenina de la guitarra española
La jovencísima guitarrista Andrea González Caballero (1992) presenta su debut discográfico en el sello Naxos con un recital en solitario en el que se convocan diversas obras españolas del siglo XIX en comunión con otras de destacados compositores actuales de Cuba, Brasil y España. Entre sus principales distinciones, la joven instrumentista ha sido ganadora en 2016 de la 13ª edición del prestigioso Concurso Internacional de Guitarra Alhambra, y de la 40ª edición del Concurso de Guitarra Fernando Sor de Italia. En 2010 inició estudios en la Robert Schumann Musikhochschule de Düsseldorf donde ha tenido como profesor al afamado guitarrista cubano Joaquín Clerch.
Precisamente el recital comienza con una breve pieza del mencionado compositor que dedica a su alumna, Estudio de trémolo, y que explota este mismo procedimiento técnico que la subsiguiente página, la celebérrima Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega, aquí presentada sin solución de continuidad con la pieza anterior, que el instrumento articula en una muy concentrada dinámica de pincel fino y delicado, sin aristas. De Joaquín Clerch, González Caballero incluye también la suite escrita en 2005 Preludios de Primavera, siete interesantes piezas que le permiten explorar la diversidad de humores que impregnan una obra con marcadas influencias de la música cubana y andaluza.
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Precisamente el recital comienza con una breve pieza del mencionado compositor que dedica a su alumna, Estudio de trémolo, y que explota este mismo procedimiento técnico que la subsiguiente página, la celebérrima Recuerdos de la Alhambra de Francisco Tárrega, aquí presentada sin solución de continuidad con la pieza anterior, que el instrumento articula en una muy concentrada dinámica de pincel fino y delicado, sin aristas. De Joaquín Clerch, González Caballero incluye también la suite escrita en 2005 Preludios de Primavera, siete interesantes piezas que le permiten explorar la diversidad de humores que impregnan una obra con marcadas influencias de la música cubana y andaluza.
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viernes, 9 de marzo de 2018
Diana Damrau en la Zarzuela: enseñorear el lied
Tras el exitoso concierto junto al tenor Jonas Kauffman en el Palau de la Música catalán, la soprano Diana Damrau (Gunzburgo, 1971) ha visitado en solitario el Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela de Madrid con un recital en el que se convocaban dos de los máximos representantes de la canción alemana posromántica, Hugo Wolf y Richard Strauss.
Acompañada al piano por el veterano Helmut Deutsch, Damrau interpretó en la primera parte una selección de los dos libros del Italienisches Liederbuch de Wolf, la misma obra que ella y Kauffman recorrieron íntegramente en su cita barcelonesa, un ciclo con textos anónimos de la tradición popular traducidos al alemán por Paul Heyse. Este viaje por 21 aforísticas canciones de la colección más amable y feliz de la producción liederística de Wolf sirvió para que la germana exhibiera todo su excepcional carisma y genuina personalidad musical en un sensacional recorrido caleidoscópico donde fueron alternándose una gran diversidad de expresividades: desde el primoroso desenfado de las canciones iniciales, pasando por el desencanto amoroso, hasta la maliciosa picardía de las últimas. En todas ellas Damrau se acompañó de una sugerente y encantadora expresión facial y corporal que hizo las delicias del público, con el que supo conectar al instante, convirtiendo en sumamente amena y estimulante la experiencia recitalística.
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Acompañada al piano por el veterano Helmut Deutsch, Damrau interpretó en la primera parte una selección de los dos libros del Italienisches Liederbuch de Wolf, la misma obra que ella y Kauffman recorrieron íntegramente en su cita barcelonesa, un ciclo con textos anónimos de la tradición popular traducidos al alemán por Paul Heyse. Este viaje por 21 aforísticas canciones de la colección más amable y feliz de la producción liederística de Wolf sirvió para que la germana exhibiera todo su excepcional carisma y genuina personalidad musical en un sensacional recorrido caleidoscópico donde fueron alternándose una gran diversidad de expresividades: desde el primoroso desenfado de las canciones iniciales, pasando por el desencanto amoroso, hasta la maliciosa picardía de las últimas. En todas ellas Damrau se acompañó de una sugerente y encantadora expresión facial y corporal que hizo las delicias del público, con el que supo conectar al instante, convirtiendo en sumamente amena y estimulante la experiencia recitalística.
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domingo, 4 de marzo de 2018
“Cantar con los dedos”: el piano como expansión belcantista
“Cantar con los dedos” es la expresión que acuñó Fréderic Chopin a la hora de mostrar a sus alumnos la manera correcta de interpretar las piezas pianísticas que dominaron estilísticamente los salones parisinos en la década de los años 30 del siglo XIX. Ése es el título elegido por la joven pianista Paula Ríos para su tercer álbum discográfico editado en el sello Calanda Music, en el que se convocan algunos de los compositores que hicieron fortuna en la capital parisina con sus creaciones pianísticas.
Al margen de la recuperación de la obra de Jesús Bal y Gay y Rosa García Ascot, compositores de la Generación del 27 en su segundo álbum “Viento de Plata”, el ámbito de estudio de Paula Ríos es la obra de Chopin, al cual fue dedicado su primer trabajo, “Chopin en Mallorca”. En este nuevo recital, la cuidada elección del repertorio pone en interrelación las figuras del compositor polaco y Vincenzo Bellini. En ese nexo está ampliamente aceptado el hecho de que la inspiración chopiniana bien podía proceder directamente de las melodías de las afamadas óperas del compositor de Catania a las que estaba continuamente expuesto.
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Al margen de la recuperación de la obra de Jesús Bal y Gay y Rosa García Ascot, compositores de la Generación del 27 en su segundo álbum “Viento de Plata”, el ámbito de estudio de Paula Ríos es la obra de Chopin, al cual fue dedicado su primer trabajo, “Chopin en Mallorca”. En este nuevo recital, la cuidada elección del repertorio pone en interrelación las figuras del compositor polaco y Vincenzo Bellini. En ese nexo está ampliamente aceptado el hecho de que la inspiración chopiniana bien podía proceder directamente de las melodías de las afamadas óperas del compositor de Catania a las que estaba continuamente expuesto.
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jueves, 1 de marzo de 2018
Matthias Goerne y Schubert: idilio amoroso
El barítono alemán Matthias Goerne ha visitado por decimosexta ocasión el Ciclo de Lied del Teatro de la Zarzuela en lo que ha sido la primera de su triple participación en la presente temporada para revisitar los tres emblemáticos ciclos liederísticos de Franz Schubert: La bella molinera, Viaje de invierno y El canto del cisne, siempre acompañado del pianista italiano Markus Hinterhäuser. El cantante de Weimar ha sido siempre uno de los más apreciados por el público madrileño asiduo a este ciclo en el coliseo de la calle Jovellanos, y una vez más ha venido a dar una magnífica muestra de su refinado arte canoro en la total identificación interpretativa con los lieder del compositor vienés.
La escucha de La bella molinera ha sido toda una experiencia estética. El inicial “Das Wandern” ya estableció lo que iba a ser una constante en todo el recital: la entera musicalidad y la continua matización expresiva del texto. Porque a pesar de la gran mayoría de canciones de estructura estrófica que atraviesan el ciclo, Goerne aporta, por medio de su habilidad para el fraseo, una diversa gama de acentos, matices y perfiles a cada frase. En ello se acompaña de su genuina gestualidad, como la constante oscilación de su ancha figura o el apoyo de sus brazos en la caja del piano.
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La escucha de La bella molinera ha sido toda una experiencia estética. El inicial “Das Wandern” ya estableció lo que iba a ser una constante en todo el recital: la entera musicalidad y la continua matización expresiva del texto. Porque a pesar de la gran mayoría de canciones de estructura estrófica que atraviesan el ciclo, Goerne aporta, por medio de su habilidad para el fraseo, una diversa gama de acentos, matices y perfiles a cada frase. En ello se acompaña de su genuina gestualidad, como la constante oscilación de su ancha figura o el apoyo de sus brazos en la caja del piano.
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viernes, 23 de febrero de 2018
Vocalise: melancólica embriaguez
Bajo el evocador título de “Vocalise”, el sello Sony ha lanzado este singular y variopinto álbum que protagoniza la soprano Nuria Rial junto a ocho violonchelistas de la Sinfonieorchester Basel, registrado en Suiza en enero de 2017, y que representa una nueva colaboración discográfica de la cantante catalana con miembros de la Orquesta de Basilea.
La combinación instrumental de una voz de soprano y un octeto de violonchelos es ya de entrada original, y uno se acerca con sumo interés al contenido del disco. Curiosamente, no hallamos por ningún lado la célebre canción de Sergéi Rachmaninov así bautizada, y la obra que vehicula el álbum es Las Cuatro Estaciones Porteñas de Astor Piazzola en el arreglo para esta formación de cuerdas que elaboró en 2013 el chelista y músico británico James Barralet. Una más de las incontables trasmutaciones instrumentales de que goza la popular obra del compositor y bandoneonista argentino cuya homogénea y compacta textura musical hace justicia al original para cuerdas, piano, guitarra eléctrica y bandoneón.
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La combinación instrumental de una voz de soprano y un octeto de violonchelos es ya de entrada original, y uno se acerca con sumo interés al contenido del disco. Curiosamente, no hallamos por ningún lado la célebre canción de Sergéi Rachmaninov así bautizada, y la obra que vehicula el álbum es Las Cuatro Estaciones Porteñas de Astor Piazzola en el arreglo para esta formación de cuerdas que elaboró en 2013 el chelista y músico británico James Barralet. Una más de las incontables trasmutaciones instrumentales de que goza la popular obra del compositor y bandoneonista argentino cuya homogénea y compacta textura musical hace justicia al original para cuerdas, piano, guitarra eléctrica y bandoneón.
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miércoles, 21 de febrero de 2018
"Street Scene", la cotidianidad como máxima
Para algunos, no podría existir algo tan paradójico como una ópera americana, por vincularse este género musical a la vieja Europa. En su exilio americano, el compositor Kurt Weill pretendió rediseñar los moldes tradicionales de la ópera, adaptándolos a un nuevo tipo de teatro musical en el que se aunara la refinada cultura académica y las más populares formas de expresión. Lo dejaba meridianamente claro el músico alemán cuando escribió estas líneas: “el concepto de ópera no puede interpretarse en el sentido limitado de lo que predominaba el siglo XIX. Si lo sustituimos por la expresión teatro musical, las posibilidades de desarrollo aquí, en un país que no debe asumir una tradición operística, se vuelven mucho más claras. Podemos ver un campo para la construcción de una nueva (o la reconstrucción de una clásica) forma”. (The future of opera in America. Modern music).
Quizá la máxima culminación de lo afirmado es una de sus últimas obras, Street Scene, definida por el propio Weill como “ópera americana” y que consideraba la más lograda de sus creaciones teatrales. Estrenada en Filadelfia en 1946 y en Nueva York al año siguiente, ponía música a la obra homónima del dramaturgo Elmer Rice, con el apoyo del letrista afroamericano Langston Hughes. Con ella, el Teatro Real de Madrid ha decidido apostar de nuevo de forma acertada por una obra de raíz netamente americana después de las representaciones de la ópera contemporánea Dead Man Walking de Jake Heggie, en lo que supone en cierta medida una continuidad con temáticas que apelan a la cotidianidad humana y al manifiesto interés de poner en valor este tipo de teatro musical del siglo XX.
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Quizá la máxima culminación de lo afirmado es una de sus últimas obras, Street Scene, definida por el propio Weill como “ópera americana” y que consideraba la más lograda de sus creaciones teatrales. Estrenada en Filadelfia en 1946 y en Nueva York al año siguiente, ponía música a la obra homónima del dramaturgo Elmer Rice, con el apoyo del letrista afroamericano Langston Hughes. Con ella, el Teatro Real de Madrid ha decidido apostar de nuevo de forma acertada por una obra de raíz netamente americana después de las representaciones de la ópera contemporánea Dead Man Walking de Jake Heggie, en lo que supone en cierta medida una continuidad con temáticas que apelan a la cotidianidad humana y al manifiesto interés de poner en valor este tipo de teatro musical del siglo XX.
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martes, 20 de febrero de 2018
El Verdi de Sonya Yoncheva: caudal y desenfreno
Nos llega este recital en el sello Sony a cargo de la soprano búlgara Sonya Yoncheva en el que incluye algunas de las grandes heroínas de las óperas de Giuseppe Verdi, tras los precedentes Paris mon amour y el disco dedicado a Handel.
La voz de Yoncheva se nos exhibe aquí en toda su anchura y amplitud encarando unos papeles muy diferentes en carácter y expresión. Quizá esa variedad de exigencias vocales ha deslucido un punto esta monografía discográfica. Fruto de su evolución, la madurez vocal que atraviesa la cantante hace que esté abordando papeles de una mayor robustez, y la impresión general de todo el disco es que Yoncheva, pese a demostrar certera musicalidad y colocar todas las notas en su sitio, canta estas arias con homogeneidad de estilo y con escasas variaciones en la matización expresiva de cada uno de los personajes verdianos seleccionados.
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La voz de Yoncheva se nos exhibe aquí en toda su anchura y amplitud encarando unos papeles muy diferentes en carácter y expresión. Quizá esa variedad de exigencias vocales ha deslucido un punto esta monografía discográfica. Fruto de su evolución, la madurez vocal que atraviesa la cantante hace que esté abordando papeles de una mayor robustez, y la impresión general de todo el disco es que Yoncheva, pese a demostrar certera musicalidad y colocar todas las notas en su sitio, canta estas arias con homogeneidad de estilo y con escasas variaciones en la matización expresiva de cada uno de los personajes verdianos seleccionados.
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martes, 13 de febrero de 2018
Franco Fagioli canta Handel: explosión de affetti
Tras el álbum dedicado a Rossini, el contratenor argentino Franco Fagioli aborda su segundo trabajo en solitario en el sello Deutsche Grammophon con una selección de arias operísticas de George Frideric Handel, en lo que se convierte en la primera de sus grabaciones consagrada en exclusiva al compositor barroco. Secundado por el conjunto con instrumentos de época Il Pomo d’Oro que dirige desde el primer violín Zefira Valova, Fagioli realiza un recorrido por doce de las más sensacionales páginas del caro Sassone elegidas para la ocasión por el cantante según la emoción personal que le producen y que le dan la oportunidad para exhibir sus grandes cualidades vocales, desplegando todo su potencial canoro a través de una amplia gama de afectos barrocos traducidos en arias de espíritu bélico, de carácter bucólico o de lamento amoroso.
El característico timbre mezzosopranil de Fagioli recuerda referentes inevitables como la gran Cecilia Bartoli, pero el cantante dota a sus interpretaciones de una impronta personal, fruto de una pulida técnica vocal y un manejo maestro de su instrumento. En este sentido, fascina la gran extensión del instrumento, su seductora morbidez, la homogeneidad en toda su tesitura, con brillantísimos e incisivos agudos frente a robustos y oscuros graves, la espléndida administración del sonido en el control del fiato y la asombrosa facilidad virtuosística a la hora de abordar la siempre comprometida coloratura.
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El característico timbre mezzosopranil de Fagioli recuerda referentes inevitables como la gran Cecilia Bartoli, pero el cantante dota a sus interpretaciones de una impronta personal, fruto de una pulida técnica vocal y un manejo maestro de su instrumento. En este sentido, fascina la gran extensión del instrumento, su seductora morbidez, la homogeneidad en toda su tesitura, con brillantísimos e incisivos agudos frente a robustos y oscuros graves, la espléndida administración del sonido en el control del fiato y la asombrosa facilidad virtuosística a la hora de abordar la siempre comprometida coloratura.
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viernes, 9 de febrero de 2018
Ottavio Dantone interpreta "El arte de la fuga": en la variedad está el gusto
Nunca una obra musical como El arte de la fuga de Johann Sebastian Bach ha generado tanta disparidad de criterios a la hora de acometer su interpretación. Síntesis absoluta de la fuga y el contrapunto, esta grandiosa y compleja partitura instrumental está aún recubierta de misterio y de multitud de significados ocultos, que muchos musicólogos e investigadores han tratado de esclarecer con diversos y contradictorios resultados.
En su registro de la obra para el sello Decca, Ottavio Dantone parte del concepto de que interpretar todo este majestuoso corpus bachiano en un solo instrumento de tecla como el clave o el órgano es materialmente imposible, debido a la complejidad técnica que muchas partes revisten. En su lugar, opta por la muy acertada solución interpretativa de combinar diversos instrumentos a lo largo de la obra, lo que aporta una enorme diversidad y crea un efecto estereofónico de gran riqueza sonora en la escucha completa del ambicioso ciclo. A la exhuberancia instrumental se une el refinamiento en esta propuesta, que más allá de las dificultades interpretativas, nos permite adentrarnos de lleno en la belleza de esta insondable música.
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En su registro de la obra para el sello Decca, Ottavio Dantone parte del concepto de que interpretar todo este majestuoso corpus bachiano en un solo instrumento de tecla como el clave o el órgano es materialmente imposible, debido a la complejidad técnica que muchas partes revisten. En su lugar, opta por la muy acertada solución interpretativa de combinar diversos instrumentos a lo largo de la obra, lo que aporta una enorme diversidad y crea un efecto estereofónico de gran riqueza sonora en la escucha completa del ambicioso ciclo. A la exhuberancia instrumental se une el refinamiento en esta propuesta, que más allá de las dificultades interpretativas, nos permite adentrarnos de lleno en la belleza de esta insondable música.
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miércoles, 7 de febrero de 2018
"Maruxa": el fuel mató a la égloga
Existen grandes títulos en nuestro teatro lírico con libretos rematadamente flojos, por insustanciales y previsibles, y cuya escenificación sólo salva el poder evocador y expresivo de la composición musical. Ese es el caso de Maruxa, del maestro Amadeo Vives, la obra que el Teatro de la Zarzuela, coliseo que vio su estreno en un año tan fecundo para las artes musicales y tan determinante para la historia mundial como 1914, ha decidido llevar a escena aun con los consabidos riesgos de materializar escénicamente una obra en la que ocurre más bien poco en la acción que plantea el desvaído libreto de Luis Pascual Frutos.
Esta égloga lírica en dos actos, tal y como la definieron los autores, es en efecto, como se precia de recordarnos Paco Azorín, responsable de la dirección escénica y la escenografía de esta nueva producción, un auténtico canto a la tierra gallega y sus gentes, con el elemento popular como latido constante de toda la obra, tamizada por la marcada huella personal de su genial autor musical. Una bellísima, magistral partitura de altos vuelos líricos que apunta a una dirección muy concreta, la de la ansiada renovación del teatro lírico nacional, y en la que aclimata algunos de los principales lenguajes musicales de su tiempo, con el contemporáneo verismo y un wagnerismo evolucionado como recursos muy presentes de expresión dramática. Por encima de todo, afán de regionalismo y tradición, pero con vocación universal.
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Esta égloga lírica en dos actos, tal y como la definieron los autores, es en efecto, como se precia de recordarnos Paco Azorín, responsable de la dirección escénica y la escenografía de esta nueva producción, un auténtico canto a la tierra gallega y sus gentes, con el elemento popular como latido constante de toda la obra, tamizada por la marcada huella personal de su genial autor musical. Una bellísima, magistral partitura de altos vuelos líricos que apunta a una dirección muy concreta, la de la ansiada renovación del teatro lírico nacional, y en la que aclimata algunos de los principales lenguajes musicales de su tiempo, con el contemporáneo verismo y un wagnerismo evolucionado como recursos muy presentes de expresión dramática. Por encima de todo, afán de regionalismo y tradición, pero con vocación universal.
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jueves, 1 de febrero de 2018
"Dead Man Walking": el poder de lo visceral
Dead Man Walking de Jake Heggie, la nueva apuesta escénica del Teatro Real de Madrid en la presente temporada, es un ejemplo de producto operístico contemporáneo asociado a un público de masas, una suerte de ópera del pueblo, de obra lírica popular. Explota con bastante habilidad dramatúrgica un tema tan controvertido y tan poderosamente anclado en la reciente historia norteamericana como es la pena de muerte, tomando como base el relato novelado de la hermana Helen Prejean (firme defensora de la abolición de la pena capital) en el que narra su experiencia en primera persona al lado de un condenado a muerte acusado de asesinar a sangre fría a una joven pareja de adolescentes, y que la religiosa intenta ayudar sin éxito a conseguir el indulto, convirtiéndose finalmente en su consejera espiritual hasta el mismo momento en que le trasladan a la cámara de ejecución para suministrarle la inyección letal.
Inmediata fue la adaptación cinematográfica de la novela por Tim Robbins en 1995, con Susan Sarandon (que le valió al año siguiente un merecido premio Óscar a su magistral interpretación) y Sean Penn en los papeles protagónicos. Y es que, en este caso, la mediática repercusión del film sirvió de perfecto acicate para que el libretista Terence McNally negociase tras múltiples dudas y reservas con el compositor de canciones Jake Heggie, cuya fama de gran melodista era unánime, el tema de lo que iba a convertirse en una de las óperas americanas de nueva creación más taquilleras, viendo su estreno en el año 2000 en San Francisco, y cuyo éxito de público ha propiciado su reposición en más de 50 escenarios internacionales, con una aceptación que no ha dejado de acompañarla desde entonces.
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Inmediata fue la adaptación cinematográfica de la novela por Tim Robbins en 1995, con Susan Sarandon (que le valió al año siguiente un merecido premio Óscar a su magistral interpretación) y Sean Penn en los papeles protagónicos. Y es que, en este caso, la mediática repercusión del film sirvió de perfecto acicate para que el libretista Terence McNally negociase tras múltiples dudas y reservas con el compositor de canciones Jake Heggie, cuya fama de gran melodista era unánime, el tema de lo que iba a convertirse en una de las óperas americanas de nueva creación más taquilleras, viendo su estreno en el año 2000 en San Francisco, y cuyo éxito de público ha propiciado su reposición en más de 50 escenarios internacionales, con una aceptación que no ha dejado de acompañarla desde entonces.
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martes, 30 de enero de 2018
The inner child: los colores musicales de la infancia
El pianista Antonio Oyarzábal nos acerca al universo musical de la infancia en su debut discográfico en el sello Orpheus con “The inner child” a través de un sugestivo recital conformado por cuatro grandes ciclos pianísticos que evocan la imaginería infantil. Abren el disco las paradigmáticas e irresistibles Escenas de niños de Robert Schumann, obra musical que a la manera de retales nos descubre a ese niño-adulto que fue el compositor de Zwickau, y en las que el joven intérprete bilbaíno realiza una inmersión intimista y contemplativa (en piezas como “De países y lugares lejanos”, “Ensueño”…) que contrasta con la sobria expresión otorgada a esas deliciosas miniaturas pianísticas que, en su atropellar, parecen interrumpirse unas a otras, en un continuum musical que aquí no es tanto, ya que Oyarzábal opta por separar y definir claramente las piezas de manera autónoma, concluyendo con un “Habla el poeta” sereno e introspectivo, coronado por una nota pedal largamente sostenida que se extingue lentamente.
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domingo, 28 de enero de 2018
Spanish Dances: oleadas de folclore
Casi como un eco de los homenajes al compositor Enrique Granados, del que el pasado año celebrábamos el 150 aniversario de su natalicio, nos llega este interesante disco en el sello Orpheus donde el pianista algecireño Diego Ramos nos presenta la integral de las Danzas Españolas bajo el anglosajón epígrafe de Spanish Dances.
El pianista gaditano ha hecho completamente suya la tradición que parte del histórico Frank Marshall, discípulo del compositor leridano y sucesor de la primigenia Academia pianística que luego rebautizará con su nombre, y de la que recogió el testigo la grandísima dama del teclado Alicia de Larrocha. Diego Ramos se sumerge en la esencia de unas obras en las que el sustrato folclórico es la base de las 12 piezas, muy diferentes en carácter y medios expresivos, y con estructuras y ambiciones aparentemente sencillas. Y lo hace siguiendo la estela de maestros como la propia Alicia de Larrocha o Esteban Sánchez, pero confiriendo su propio brillo expresivo, su exclusivo afán resolutivo.
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El pianista gaditano ha hecho completamente suya la tradición que parte del histórico Frank Marshall, discípulo del compositor leridano y sucesor de la primigenia Academia pianística que luego rebautizará con su nombre, y de la que recogió el testigo la grandísima dama del teclado Alicia de Larrocha. Diego Ramos se sumerge en la esencia de unas obras en las que el sustrato folclórico es la base de las 12 piezas, muy diferentes en carácter y medios expresivos, y con estructuras y ambiciones aparentemente sencillas. Y lo hace siguiendo la estela de maestros como la propia Alicia de Larrocha o Esteban Sánchez, pero confiriendo su propio brillo expresivo, su exclusivo afán resolutivo.
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martes, 9 de enero de 2018
El mundo de los sueños de Pretty Yende
Como su propio sueño hecho realidad, la jovencísima soprano sudafricana Pretty Yende presenta ya su segundo álbum en el sello Sony Classical, Dreams, tras el debut con A Journey. Y es que, tras descubrir con la edad de dieciséis años el arte de la ópera a raíz de la escucha en televisión del dueto de las flores de Lakmé de Leo Delibes que utilizaba un spot publicitario de British Airways, Yende ha experimentado un imparable ascenso artístico como cantante lírica hasta el día de hoy, después de haber obtenido los primeros premios en el Concurso Belvedere en 2009 y Operalia en 2011, hasta conseguir auténtico reconocimiento internacional debutando en el último minuto en el Metropolitan Opera House de Nueva York junto a nada menos que el tenor Juan Diego Flórez en la ópera Le Comte Ory de Rossini, repitiendo posteriormente con la misma obra en Viena.
La soprano lírico-ligera llega ahora con un recital de heroínas románticas italianas y francesas que experimentan su propio sueño, tan pleno de ilusión como tamizado por la locura. Lucia di Lammermoor de Gaetano Donizetti es el paradigma de esta última, un rol que la joven soprano ha interpretado ya en multitud de ocasiones, en Berlín, Cape Town o París, con el que ha cosechado muy elogiosas críticas hasta el momento y del que la propia Yende reconoce que pensaba que nunca cantaría, simplemente porque no había visto demasiadas Lucias parecidas a ella. Sin embargo, su acercamiento aquí al enajenado personaje en su gran escena de la locura, aunque convincente, consigue un resultado desigual en definición psicológica.
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La soprano lírico-ligera llega ahora con un recital de heroínas románticas italianas y francesas que experimentan su propio sueño, tan pleno de ilusión como tamizado por la locura. Lucia di Lammermoor de Gaetano Donizetti es el paradigma de esta última, un rol que la joven soprano ha interpretado ya en multitud de ocasiones, en Berlín, Cape Town o París, con el que ha cosechado muy elogiosas críticas hasta el momento y del que la propia Yende reconoce que pensaba que nunca cantaría, simplemente porque no había visto demasiadas Lucias parecidas a ella. Sin embargo, su acercamiento aquí al enajenado personaje en su gran escena de la locura, aunque convincente, consigue un resultado desigual en definición psicológica.
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miércoles, 27 de diciembre de 2017
"La bohème" en el Teatro Real, el almacén de los recuerdos
La tragedia como toma de conciencia para perder la juventud y afrontar el hecho vital en toda su crudeza. Este es quizá el mensaje que subyace en la presente puesta en escena de Richard Jones de uno de los títulos más populares e imperecederos de la historia de la ópera como es La bohème de Giacomo Puccini, que ha elegido llevar a su escenario el Teatro Real de Madrid para despedir el año. Porque los jóvenes bohemios de Jones, pese a sobrevivir bajo precarias condiciones, en lucha constante contra el hambre y el frío, viven despreocupados a la caza de diversiones, repletas de ilusiones y esperanzas, hasta que la muerte de la amante del poeta Rodolfo les hace asumir la madurez con todas sus consecuencias.
La bohème, como es bien sabido, es uno de los más desgarradores dramas de Puccini en el que el instinto musical del compositor toscano consigue remover la fibra sensible del espectador a través de su continua apelación al elemento emotivo sin pasar por el filtro de la razón. Y en este caso, Jones (que tras haber estrenado esta producción en septiembre pasado en la Royal Opera House de Londres y haberla repuesto en la Lyric Opera de Chicago deja ahora todo el trabajo en manos de su ayudante Julia Burbach) opta en su propuesta por no desvirtuar los códigos tradicionales asociados a una ópera que por su misma combinación entre verismo y naturalismo admite escasa cabida para la innovación o la experimentación escénica. Sin embargo, lo hace de una forma muy particular que podría parecer chocante y hasta irrisorio en una primera impresión, por su desafío a las convenciones teatrales, como es la de que el espectador presencie los cambios escenográficos, viendo desfilar por delante de sus ojos a los tramoyistas que mueven incesantemente los decorados y la maquinaria escenográfica (debida a Stewart Laing), amontonándose a la vista del público en las esquinas y al fondo del escenario como parte integrante de una secuencia de recuerdos almacenados que se mantienen inmutables, y que, en el caso concreto de la buhardilla, volverá cuando sea requerida.
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La bohème, como es bien sabido, es uno de los más desgarradores dramas de Puccini en el que el instinto musical del compositor toscano consigue remover la fibra sensible del espectador a través de su continua apelación al elemento emotivo sin pasar por el filtro de la razón. Y en este caso, Jones (que tras haber estrenado esta producción en septiembre pasado en la Royal Opera House de Londres y haberla repuesto en la Lyric Opera de Chicago deja ahora todo el trabajo en manos de su ayudante Julia Burbach) opta en su propuesta por no desvirtuar los códigos tradicionales asociados a una ópera que por su misma combinación entre verismo y naturalismo admite escasa cabida para la innovación o la experimentación escénica. Sin embargo, lo hace de una forma muy particular que podría parecer chocante y hasta irrisorio en una primera impresión, por su desafío a las convenciones teatrales, como es la de que el espectador presencie los cambios escenográficos, viendo desfilar por delante de sus ojos a los tramoyistas que mueven incesantemente los decorados y la maquinaria escenográfica (debida a Stewart Laing), amontonándose a la vista del público en las esquinas y al fondo del escenario como parte integrante de una secuencia de recuerdos almacenados que se mantienen inmutables, y que, en el caso concreto de la buhardilla, volverá cuando sea requerida.
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