sábado, 23 de julio de 2011

"Las de Caín": comedia con chispa, inocencia y picardía en el Teatro Español

Tras veranos anteriores programando Don Manolito, La eterna canción, Adiós a la Bohemia y Black el payaso, el Teatro Español pone la guinda a la producción lírica de Don Pablo Sorozábal con Las de Caín, la comedia musical que el compositor vasco compuso junto a su hijo Pablo Sorozábal Serrano (malogrado autor del casi desconocido Himno de la Comunidad de Madrid), basada en la obra teatral homónima de los hermanos sevillanos Álvarez Quintero.

Música ligera, fresca, deliciosa, encantadora y chispeante, toda ella plagada de geniales particularidades sonoras y tímbricas que hacen inconfundible el sello del gran maestro vasco, como la inclusión de una disonancia intencionada al final de los actos primero y tercero de la obra, una pequeña cita del Abuelo del cuento musical Pedro y el Lobo de Prokofiev en el Monólogo hablado de Don Segismundo del acto segundo, o la vistosa orquestación contrapuntística de determinados números, como el dúo "Canta a la Creación" del acto tercero, amén de incluir los ritmos y bailes típicos de sus grandes obras, como pasodobles, chotis o valses. En este caso encontramos una obra que se define "comedia musical", en lo que sería una especie de renovación estilística del género lírico en plena década de los años cincuenta, época del casi total canto de cisne de la zarzuela, con cánones cercanos al musical americano.

Se trata esta de una obra donde la barrera entre actores y cantantes es muy delgada: el componente teatral es un elemento básico y primordial en un sainete que originariamente fue concebido exclusivamente para el teatro hablado (las partes habladas son bastante extensas) por sus escritores (cuando Sorozábal y su hijo decidieron musicalizar el texto original de los Quintero éstos ya habían fallecido).

Hemos podido asistir a una producción dirigida y producida por el eminente Ángel Fernández Montesinos, en la que ha cuidado con auténtico esmero escena y vestuario, respetando como es de agradecer a los autores del texto al situar la acción en el verdadero contexto teatral de la pieza original: principios de siglo (1908).

En los papeles con una evidente importancia vocal encontramos al dúo casadero protagonista: Rosalía y Alfredo, encarnados por la soprano Hevila Cardeña y el barítono Javier Galán, donde ambos sobresalieron vocalmente en los dos dúos ("Dime por qué no has venido" y "Canta a la creación") y sus respectivas romanzas ("Rosa mi Rosalía" y "¿Qué es el amor?").

Los personajes maduros estuvieron magistralmente conseguidos e idóneamente elegidos para cada uno de los intérpretes; por un lado el insuperable barítono Luis Álvarez como Don Segismundo Caín, padre de "las 5 perlas de la casa", del que hace una creación actoral y vocal dinámica y amena, propio de su ya dilatada experiencia en este tipo de papeles cómicos, algo en lo que no se queda lejos su pareja, la actriz Marisol Ayuso (la madre de Aída en la popular serie televisiva) como Elvira Horcajo de Caín, la madre alcahueta de sus hijas, aunque en las puntuales intervenciones cantadas de su personaje se nota en su desafinación que ella evidentemente no es cantante.

El galán de teatro Francisco Valladares impresiona no sólo por su presencia en escena, su porte y elegancia en el personaje del ínclito Tío Cayetano, sino que en las partes cantadas del primer número musical Valladares canta y entona bastante bien como bajo. Mención aparte merece la gran actriz María Garralón (veterana actriz de series como Verano Azul, Farmacia de Guardia o 2 de mayo: Orgullo y Pasión), como Doña Jenara Izquierdo, madre de Tomás, uno de los pretendientes, donde en su breve pero intenso papel exclusivamente actoral, dio una auténtica lección de interpretación cómica, generando una buena dosis de risas para el respetable.


La cursilería y ridiculez que definen actoralmente a las otras cuatro hermanas de Rosalía fueron descritas con verdadera presunción y realismo por Raquel Esteve (Amalía), Teresa Castal (Marucha), Noemí Mazoy (Estrella) y Ruth Terán (Fifí). Todas ellas estupendas como actrices repipis, pero algunas se quedan un tanto atrás en voz, para la poderosa orquestación de la partitura.

Como los demás pretendientes de esas perlas intervinieron el tenor Israel Ruiz como el chistoso (nunca mejor dicho, porque no para de decir chistes a diestro y siniestro) Pepín Castrolejo, el tenor Francisco J. Sánchez como el tarambana Tomás Menéndez y Ángel Ruiz como el tímido y educado Leopoldo Marín. Los otros papeles actorales secundarios fueron los de Trinidad Iglesias como Brígida, la inefable y descacharrante sirvienta de los Caín; Manuel Aguilar como el irritado y malhumorado guarda del Retiro, Alejandro Navamuel como el autor de sainetes, y Alexandro Veleiras y Óscar Hernández como los diligentes criados del Tío Cayetano. Señalar que la dicción y entendimiento de los cantables han sido correctos en general.

La dirección musical corrió a cargo de una correcta Montserrat Font Marco (la tradición musical de su familia corre por sus venas), la cual estuvo dotada del ritmo vibrante y la vivacidad que exige la partitura, sin estridencias y recreando con especial acierto los tres preludios orquestales de cada uno de los actos.


Los intermedios han sido rellenados con filmaciones de los acontecimientos históricos más importantes de principios de siglo tanto en el contexto nacional como internacional, por anuncios de productos de la época en recortes de prensa y por bocetos de parejas amorosas; el preludio de la obra fue simultaneado por la filmación de un elaborado árbol genealógico de la familia Caín ("Familia Caín y allegados") elaborado por Álvaro Luna.

Animamos desde aquí al Teatro Español para que después de este recorrido por los títulos líricos menos conocidos de Pablo Sorozábal que ha ido efectuando todos estos veranos atrás gracias a la iniciativa de su director, Mario Gas, se convierta en una alternativa, en parte de su programación, al Teatro de la Zarzuela.




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