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sábado, 22 de abril de 2017

Rossini y Brahms por la Orquesta y Coro de RTVE, cuestión de balances

La Orquesta Sinfónica y Coro de RTVE dirigidos por su titular Miguel Ángel Gómez Martínez recalaron en la 56ª Semana de Música Religiosa de Cuenca el Jueves y Viernes Santo con dos conciertos en el Teatro Auditorio en los que ofrecieron dos obras religiosas sinfónico-corales del siglo XIX que ya habían interpretado recientemente en su temporada del Teatro Monumental de Madrid, de un lado el Stabat Mater de Rossini y de otro el Réquiem alemán de Brahms. Antes de comenzar la interpretación de este último, el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal, entregó a la Orquesta y Coro de RTVE el premio honorífico de la SMR por su difusión de la música sacra, al director de Comunicación y Relaciones Institucionales de RTVE, Manuel Ventero, y a la directora gerente de ambas agrupaciones, Mikaela Vergara.


Se asistió a dos propuestas antagónicas de dos obras disímiles en carácter, expresión musical y medios empleados, y de las cuales mostró Gómez Martínez su perfecto conocimiento al dirigir una vez más sin partitura. En el Réquiem alemán de Brahms, obra estrictamente de exigencia y preponderancia coral, se impuso en gran medida sobre la orquesta la compacta cobertura del Coro de RTVE, en comunión natural con las voces del Coro de la Comunidad de Madrid, con las secciones de sopranos y tenores atacando con poderosa proyección y potencia vocal los ascensos más comprometidos de toda la exigente partitura. La lectura, de trazo largo, fue serena, contenida y no exenta de tensión y pulso dramático (sobre todo en los números 3 y 6, los de barítono y coro), dotada en general de tempos amplios y ampulosos, y revestida suficientemente de la requerida densidad orquestal, aunque en ocasiones muy escasamente equilibrada entre la abrumadora presencia de la masa coral y la discreción orquestal. Para mensurar balances, se optó acertadamente por que el coro cantase sentado el número 5 junto a la soprano Ruth Iniesta (que sustituyó a la inicialmente prevista Isabel Monar), cuya voz se reveló al principio destemplada y no especialmente cómoda con la bellísima parte, mientras que el barítono José Antonio López acusó en sus dos números tendencia a abrir los sonidos y a forzar excesivamente la voz.

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martes, 18 de abril de 2017

Doblete de cámara en la Semana de Cuenca: la técnica se impone a la expresión

En su afán de dar cabida a otros géneros musicales no estrictamente relacionados con la música sacra y litúrgica, la Semana de Música Religiosa de Cuenca propuso el Jueves y Viernes Santo dos conciertos muy diferentes de música instrumental en el Espacio Torner (Iglesia de San Pablo) a cargo del violonchelista italiano Gaetano Nasillo y el clavecinista Olivier Baumont, respectivamente, pero atravesados por un siempre buscado halo de espiritualidad.


Bajo el título de “Il profondo sentire dell’anima”, Nasillo planteó un recorrido por algunas de las primeras y más desconocidas piezas escritas para violonchelo solo, que sirvieron para demostrar las posibilidades armónicas y rítmicas que este instrumento de cuerda podía presentar en la música barroca italiana, desde las más sobrias y serias ricercate o ricercari de autores como Giovanni Battista Degl’Antonii, Domenico Gabrielli o Domenico Galli, hasta piezas de mucho mayor lucimiento virtuosístico como la tarantella y romanella de Giulio de Ruvo, la toccate de Francesco Paolo Supriano, o los caprichos de Giuseppe Maria Dall’Abaco y Carlo Graziani, obras que desfilaron con algo de dificultad a la hora de seguir el programa, por la división en diversas partes que caracterizaba a varias de ellas. Pese a lo rebuscado del repertorio seleccionado, el chelista italiano, que exhibió una cálida sonoridad y un alto lucimiento técnico, no decepcionó al público congregado en la pequeña nave de la iglesia convertida en sala de exposiciones, regalando como propina la Allemande de la Suite nº 1 para chelo solo de Bach.



domingo, 16 de abril de 2017

Alonso Lobo en Cuenca, breve homenaje

Con motivo del cuarto centenario del fallecimiento del polifonista sevillano Alonso Lobo (1555-1617), la Semana de Música Religiosa de Cuenca ha aprovechado la oportunidad de celebrar este aniversario con un único concierto dedicado a su memoria el Miércoles Santo en la Iglesia de San Miguel a cargo del Choir of Gonville & Caius College de la prestigiosa Universidad de Cambridge, conjunto de música vocal liderado por el maestro Geoffrey Webber, que si no ha compendiado las obras polifónicas más granadas del compositor de Osuna, sí al menos ha traído una muestra representativa del talento de Lobo como polifonista.


Este grupo vocal británico lo componen alrededor de 25 voces jóvenes que responden con firmeza y musicalidad a las demandas de un director a la antigua usanza en materia de música eclesiástica, que sabe extraer el matiz o la modulación precisa del conglomerado polifónico.

La primera parte del programa la conformó la muy desconocida Pasión según San Mateo del autor sevillano (a la sazón, tampoco demasiado prodigado), cuyas fuentes de canto llano, correspondientes al relato del Evangelio, están extraídas de la Catedral primada toledana donde Lobo ejerció como maestro de capilla. El texto evangélico es declamado a la manera de salmodia por parte del cronista o evangelista y a través de un canto recitado algo más desarrollado en el caso de las intervenciones de Jesús y los demás personajes intervinientes en el relato de la Pasión. Por su parte, el canto en polifonía corresponde a las voces de la turba. Ciertamente, la monotonía del canto llano correspondiente al relato del cronista, en contraposición con los breves coros en tratamiento polifónico, que resultan sin duda lo más atractivo y propio de la composición, provocan una escucha difícil y fatigosa de esta Pasión, que no es ni por asomo de lo más genial de su autor.

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miércoles, 12 de abril de 2017

"Lazarus" de Schubert o un comienzo prometedor

Tenía mucho que decir Franz Schubert en una obra como Lazarus. Pero lo que llegase a querer musicalizar al final de esta composición lo ignoramos. Es de suponer que la principal razón, si es que realmente podemos aventurar alguna, de encontrarnos ante una nueva partitura inconclusa dentro de la dilatada producción del compositor vienés, fuera su costumbre de abordar a la vez múltiples proyectos compositivos que luego abandonaba por causas desconocidas a lo largo de su corta y un tanto errática existencia, de la que ciertamente tampoco conocemos demasiados detalles, hasta el punto de no dar firmemente por sentado la causa de su fallecimiento pese a la extendida y romántica hipótesis de la epidemia de la sífilis, a la que siempre nos adherimos por diversas pistas e indicios, que le llevó a la tumba con tan sólo 31 años un año después de Beethoven.


Lo cierto es que Lázaro, o La Festividad de la Resurrección, drama religioso para solistas, coro y orquesta sobre un texto de un poeta aparentemente menor en la literatura germánica como August Hermann Niemeyer, nos presenta a un Schubert insospechado y a la vez inexplorado (la obra apenas posee grabaciones y en España no se escucha desde hace décadas). Es bien sabida la constante lucha del vienés durante su vida por erigirse en el campo teatral, un género que cultivaba pero que se le resistía, en muchos casos por la elección de libretos mediocres para sus óperas, por lo que entendemos que tendiese a refugiarse en géneros más íntimos y que dominaba mejor, como la música de cámara o el lied, del que se convierte en su más consumado artífice.

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Cuarteto Casals en Cuenca: el Haydn más religioso

La céntrica Iglesia de San Miguel de Cuenca ha acogido la esperada participación del Cuarteto Casals en la 56ª edición de la Semana de Música Religiosa. Este concierto 3, correspondiente al Lunes Santo, estuvo integrado por dos obras de gran contraste: Cantos de Francisco Coll y Las siete últimas palabras de Cristo en la Cruz de Haydn.


Cantos, obra de encargo del festival al joven compositor valenciano Francisco Coll (1985), fue la atractiva partitura con la que la agrupación catalana abrió el concierto. La Semana de Cuenca, en esta su nueva etapa con el maestro Cristóbal Soler al frente, continúa apostando con voluntad y empeño por dar oportunidad a las obras españolas de nueva creación. Un talento, el español, que lo hay y mucho, y que a veces encuentra una serie de dificultades a la hora de desarrollarse en suelo patrio.

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martes, 24 de enero de 2017

Nuevos rumbos en la 56ª Semana de Música Religiosa de Cuenca

La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid ha acogido este lunes 23 de enero de 2017 la presentación de la edición número 56 de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, en la que han participado, entre otras personalidades, el secretario general de la Academia, José Luis García del Busto, como anfitrión del evento, y algunos de los responsables del Patronato del festival.


 Afirma José Luis García del Busto que cuando el actual director artístico de la Semana, el director de orquesta Cristóbal Soler (que sustituye a la veterana Pilar Tomás tras 10 años al frente del evento musical), le consultó si sería posible presentar esta edición en la Academia, no le dejó terminar la pregunta y le dijo inmediatamente que sí, por la importancia de la Semana y por abrir la Academia a actividades de este tipo, de las artes en general y sobre todo, de aquellas que incluyen la música. Del Busto señaló que acoger la presentación de la Semana en el seno de la Academia tenía una connotación muy especial para él, ya que él mismo desempeña desde hace unos tres años el cargo que dejó vacío Antonio Iglesias, quien fuera a la sazón el fundador y director durante 20 años de la Semana de Música Religiosa (1962-1981), y según subrayó Del Busto, “la convirtió en una cita esencial del panorama español y europeo”. En palabras del secretario general de la Academia, desde el principio de la Semana de Música Religiosa “hubo dos vías clarísimas: la recuperación del patrimonio de la música coral vocal religiosa histórica, y por otro la promoción de nuevas obras”, y esas vías, en opinión de todos los presentes, siguen siendo, en esta edición, las señas de identidad del festival.

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