viernes, 31 de diciembre de 2010

Jesús Castejón (actor y cantante): "El mejor regalo que me han hecho mis padres, además de la vida, es traerme a esta vida"

Jesús Castejón realiza un más que admirable doblete como director escénico y actor en la reposición del divertido montaje de El Niño Judío del Teatro de la Zarzuela de Madrid (2001). Hijo de una de las más importantes sagas de actores-cantantes de la Historia de la Zarzuela, se refiere entrañablemente a sus grandes padres como Papá y Mamá. Esta es la entrevista que ha concedido para nosotros en el propio coliseo de la Calle Jovellanos:


P: ¿Cómo están yendo las funciones de "El Niño Judío" en cuanto a acogida del público?

R: Esta es la tercera reposición, ha habido un lapsus entre la segunda y ésta, de siete años, y el papel está agotado, como dicen los toreros: ya no quedan entradas a la venta, estamos colocando el cartel de no hay billetes. La aceptación es la misma que en anteriores representaciones, yo creo que con este montaje acertamos, es una obra estupenda: es muy teatral, es divertida, es una comedia disparatada, una astracanada, que quiere decir exageración de la exageración. Nosotros la hemos llevado por un sitio más actual en cuanto al concepto estético. Esa es la aceptación que está teniendo: teatro lleno y cuarto de hora de aplausos.


P: ¿Qué aspectos has actualizado o modernizado de la obra respecto al montaje original de 2001?

R: Hemos dado una vuelta de tuerca al humor, nos dimos cuenta en las dos anteriores de que podíamos ir un poquito más allá a la hora de provocar la risa del público porque lo admite, y ahora, una vez que hemos estrenado esta tercera reposición nos hemos dado cuenta de que admite otra vuelta más: el humor de esta función es absolutamente intemporal y podían írsele añadiendo cosas. Lo único que hemos cambiado es aquello que hace alusión a chistes concretos y locales de la época en que se estrenó, 1918.


P: En este montaje das a vida a dos personajes de la obra claramente antitéticos: Barchilón y Jamar-Jalea. ¿Qué diferencias encuentras a la hora de llevarlos a escena?

R: Aunque ni mucho menos abomino del término zarzuela, a mí me gusta llamarle teatro lírico porque mi tratamiento a la hora de dirigir este teatro es como si fuera teatro dramático. Como tiene una construcción de teatro clásico, los personajes son tipos, para actores genéricos; están tan bien pintados y dibujados en cuanto al aspecto que deben tener, que a partir de ahí puedes componer... Hay quien lo ha llamado teatro del absurdo, del que uno de los libretistas, Enrique García Álvarez, fue el padre: montones de personajes se inspiraron en lo que este hombre trabajó.

Jamar-Jalea es un ingenuo, un manipulado por su mujer, un calzonazos de la India; Barchilón es un enfermo, un judío avaro que atormenta mujeres; los dos son fácilmente reconocibles.


P: Describamos la obra. Los autores la denominaron opereta: está llena de aires orientales (el maestro Pablo Luna tenía una increíble facilidad para recrear el orientalismo).

R: Luna tiene una trilogía de las que yo he hecho dos: ésta y El asombro de Damasco. El orientalismo era una corriente de principios del siglo XX que entró en Europa a raudales por la música, por la pintura, por la literatura, y en la opereta hay montones de ambientes orientalistas, que nacen por esos años, principios de siglo XX, y se van desarrollando. El Niño Judío tiene trazos de música muy española, en la contrucción musical hay aires muy españoles, y lo interesante de la partitura es esa mezcla de estilos que hace Luna, que me parece prodigiosa. Y hay momentos de auténtica inspiración musical, en realidad son retazos: había que adaptar esos números musicales a un argumento, pero yo creo que lo interesante es esa mezcla de lo oriental y lo español en una misma partitura.


P: ¿Veremos en escena la tercera obra de la trilogía oriental de Luna, "Benamor"?

R: Vamos a revisarla por lo menos, lo haré con Cristóbal Soler, nuevo director musical del Teatro de la Zarzuela, y veré qué posibilidades tiene ese libreto, que me temo lo peor, pero siempre es susceptible de hacer un buen arreglo. Con ella completaríamos esa trilogía.


P: ¿Cómo se enfrenta Jesús Castejón escénicamente a un montaje?

R: Hago un estudio de esa partitura y de ese libreto, veo qué continuidad tiene una y otro, pero sobre todo mucho respeto por la partitura sobre todo, en los libretos hay que contar las cosas de otra forma más directa, ahora tienes que tener a la gente una hora y media o dos horas sentada en una butaca de un teatro y entretenerla, porque nos está pasando que cada vez todo va más rápido: las imágenes, la información, existe una velocidad vertiginosa. Por ello, lo que más me preocupa siempre cuando me enfrento a un montaje es entretener, que no haya tiempo para la reflexión, que ésta se produzca después, la gente tiene que pasarlo bien y luego reflexionar cuando salga a la calle, o cuando llega a su casa.


P: ¿Es complicado conciliar tres facetas artísticas en un mismo espectáculo: actor, cantante y director?

R: No sólo es complicado, es agotador. Esta es la primera vez que actúo y dirijo a la vez. Hay un momento que es cuando tú estás en el ejercicio de tu personaje, o de la escena que estás interpretando, que no estás viéndola completa. Eso requiere un buen asistente de dirección y en esta ocasión lo he tenido, Ricardo Campelo, un hombre de teatro, con unos conocimentos estupendos del escenario, con una visión para la comedia tremenda. Tiene que haber alguien de confianza fuera que esté dirigiendo esa escena en la que tú intervienes, que te diga cómo está.


P: ¿Estás de acuerdo con la postura de muchos directores de escena de modernizar o actualizar los espectáculos de zarzuela para hacerlos llegar a mayor cantidad de público, cómo es el joven, que puede tener ciertos prejuicios a la hora de acudir a presenciarlos?

R: Yo estoy de acuerdo en hacer plausible y elocuente el género para todo el mundo, modernizar no existe para mí. No se puede actualizar, la zarzuela tiene un recorrido muy amplio y actualizar no significa nada para un género. Lo único que hay que hacer es acercarlo, haciéndolo más ameno, quitar la paja, lo que no sea necesario, pero eso debemos hacerlo con todo el teatro.

Actualizar no se puede porque hay cosas que hablan de una época. Se trata de peinar esos textos para hacerlos más rápidos pero sin perder la línea argumental ni los gags, ni los chistes, pero no se pueden respetar los libretos porque la mayoría tienen un lenguaje que la gente desconoce.


P: En ese sentido, ¿es vital la labor del director de escena?

R: Absolutamente, porque no hay nuevos autores, se pueden encargar versiones a terceros, pero creo que el propio director de escena puede con eso. Del montaje de La leyenda del beso hicimos siete versiones entre mi hermano Rafael, la actriz Ana Gracia y yo, hasta conseguir algo que por lo menos hiciera que la historia fuera rápida.


P: En tu opinión, ¿la zarzuela goza de la suficiente promoción y protección en nuestro país?

R: En absoluto, la zarzuela tiene una única sede donde se pueda representar de una forma digna, que es este Teatro (el de la Zarzuela), ya que es un género muy caro, que cuesta mucho trabajo poner en pie. Tú no puedes acudir a ver una zarzuela cutre aquí después de ir a ver una gran producción de un musical a Londres. Hay que hacerla así, y así solamente se puede enfrentar a ella en estos momentos o una Fundación, o un Teatro Nacional, o una serie de socios que estén dispuestos probablemente a perder dinero (risas).


P: ¿Existe la posibilidad de volver a ver en escena a la familia Castejón al completo?

R: No creo que se pueda dar esa posibilidad. Papá (Rafael Castejón) está felizmente jubilado, no quiere hacer teatro, ya ha hecho bastante, y Mamá (Pepa Rosado) tiene sus problemas, sus imposibilidades físicas, es difícil que eso se vuelva a dar. Con mis hermanos sí, es muy probable que volvamos a trabajar juntos siempre que podamos, esta es una familia que trabajando juntos se lleva bien, no tenemos problemas.


P: ¿Proyectos más inmediatos?

R: Más zarzuela, con La Chulapona, en el montaje de Gerardo Malla, que se repondrá en Oviedo, y para la próxima temporada (2011-2012) estará aquí, en el Teatro de la Zarzuela.


P: ¿Qué ha significado para ti la herencia artística de tu familia en el aprendizaje de tu carrera?

R: Yo no he tenido otra escuela; mi escuela y mi maestro ha sido mi padre, trabajando con él siete años seguidos en este mismo teatro, haciendo temporadas continuadas, en aquel entonces se hacía siempre con un mismo reparto, mi padre como primer actor cómico y yo como tenor cómico. Mi escuela en este sentido ha sido el escenario. Lo que supone para mí es que el mejor regalo que me han hecho, además de la vida, es traerme a esta vida: dos regalos en uno.


Jesús Castejón (derecha) encarnando al personaje de Barchilón (junto al barítono Miguel Sola)



Como Jamar-Jalea (junto a la actriz Berta Ojea)


Agradecimientos: Ángel Barreda y Alicia Pérez (Prensa Teatro de la Zarzuela)


1 comentario:

R. dijo...

Muy buena entrevista, compañero.

Aprovecho para desearte feliz entrada y salida de año.


Un abrazo!