martes, 14 de diciembre de 2010

"El Niño Judío" trae esencias orientales al Teatro de la Zarzuela

La opereta cómica en dos actos El Niño Judío, con música del aragonés Pablo Luna y libreto de Enrique García Álvarez y Antonio Paso sube al escenario del Teatro de la Zarzuela de Madrid desde este jueves 16 de diciembre hasta el 16 de enero de 2011. Una ocasión inigualable para recibir a estas fiestas navideñas.


Se trata de una producción que ya pudimos ver en este mismo teatro en 2001 con dirección escénica a cargo del actor y cantante Jesús Castejón. Los maestros Miguel Roa y Luis Remartínez se alternarán en la dirección musical. El reparto está integrado por las voces de Rafa Castejón en Samuel, Beatriz Lanza como Concha, Pedro Miguel Martínez encarnando a Jenaro, Miguel Sola en Manacor y Jesús Castejón en el doble papel de Barchilón y Jamar Jalea, entre otros. Junto a todos ellos el Coro del Teatro de la Zarzuela y la Orquesta de la Comunidad de Madrid.

La obra fue estrenada en el Teatro Apolo, la llamada "Catedral del Género Chico", el 5 de febrero de 1918. La acción, como toda buena opereta que se precie, se desarrolla fuera de España: en una plaza pública de Alepo (Jerusalén) y en un palacio de La India, a excepción del primer cuadro, que se ambienta en un viejo puesto de libros en Madrid.

La obra es un disparatado viaje (¿qué zarzuela de viajes no lo es?) que emprenden Samuel, su novia Concha y Genaro -padre de ésta-, a Oriente, para encontrar al progenitor desconocido de Samuel (el "niño judío" del título), que se supone tiene ascendencia semita. Después de sufrir decepciones y peligros varios (entre ellos estar a punto de ser sacrificados en la hoguera por los indios en honor de la Diosa Bubania) el trío protagonista descubrirá que Samuel no es ningún "niño judío", sino que es más madrileño que la Cibeles, con lo que los tres viajeros retornan a la capital de España tras haber vivido mil y una aventuras (nunca mejor dicho, en una zarzuela de claro ambiente oriental).


Entre los números musicales cabe destacar la romanza del personaje de Manacor (barítono), por su bella y armoniosa línea melódica de evocaciones orientales con sutiles figuraciones del arpa; el dueto cómico entre Concha y Samuel a ritmo de tres por cuatro; la danza árabe (donde Luna demuestra su genialidad al plasmar el pintoresco ambiente oriental en una colorida orquestación); la españolísima romanza de Concha (soprano) "De España vengo, de España soy", o canción española, interpretada no sólo por sopranos líricas, sino por afamadas tonadilleras de nuestro país, y el disparatado dueto "Soy un rayito de luna..." que entonan Samuel y Genaro (tenores cómicos) a ritmo de garboso pasodoble que culmina en una danza macabra (muchas veces se interpreta con xilófono para describir el entrechocar de huesos, -que puede recordar a la famosa Danza macabra de Camille Saint-Saëns, así como a los Fósiles de El carnaval de los animales, del mismo compositor francés-).

El actor y director de escena del montaje, Jesús Castejón, ha asegurado que ha limado y actualizado algunas de las escenas respecto al primigenio montaje de 2001 para dotar de actualidad el mismo, porque el tiempo pasa para todos, y también para los espectáculos escénicos (una de las aportaciones del montaje original fue incorporar la orquestal "Danza del Fuego" perteneciente a la opereta Benamor, también de Luna, en la escena donde se doma a las esclavas persas, que asimismo evoca la "Danza de las esclavas persas" de la ópera Khovanschina de Modest Mussorgsky). Asimismo, se ha suprimido la romanza de la dócil y sumisa esclava perteneciente a esa misma escena, aquella que comienza:

Yo era infanta castellana
y el amor me hizo agarena,
por la enseña mahometana
olvidé la nazarena.

Castejón justifica la supresión de esta romanza porque detenía el hilo argumental y el ritmo de la acción (la pieza no tiene nada que ver con la trama y las situaciones que acontecen a los personajes principales, es una romanza, digamos, "contemplativa").


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