Deleznable. Me refiero a ese organismo llamado SGAE, al ver las acusaciones y cargos que pesan sobre la institución de gestión que, según presume, es la depositaria de los derechos de autor, presentada a los ojos de la sociedad como el paradigma de la propiedad intelectual. La apropiación indebida y el desvío de fondos que según ha descubierto la Guardia Civil en las últimas investigaciones dentro de la sede central de la calle Fernando VI, señala y pone contra las cuerdas al principal responsable de la institución, el presidente Teddy Bautista, junto al presunto cabecilla de la llamada "operación Saga", el director general de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), José Luis Rodríguez Neri.
El organismo recaudador sin límites que introducía espías en las fiestas levantinas de Moros y Cristianos, que vigilaba de cerca las chirigotas que se cantaban en los carnavales gaditanos, que se colaba en los autobuses escolares para apuntar diligentemente en su libreta las canciones populares que los niños canturreaban alegremente camino de una excursión o que se hacía pasar por un furtivo cliente en peluquerías urbanas en las que en radios o minicadenas sonaban canciones actuales, ha sido pillado "in fraganti" y por ende, cazado, por prácticas fraudulentas de gestión y administración de fondos.
El Ministerio de Cultura, en vez de controlar y vigilar de cerca las operaciones que se llevaban a cabo en el Palacio de Longoria (las cuentas de la SGAE no han sido auditadas en años), se ha limitado a ser su correa de transmisión estando al completo servicio de sus intereses, y su ministra, Ángeles González-Sinde, la servil lacaya de Bautista al ceder a sus presiones con la pasada aprobación de la Ley Sinde. Con justicia piden hoy las asociaciones de internautas (denunciantes de las irregularidades) la dimisión de una ministra doblegada al titánico poder de la Sociedad de Autores.
Lo verdaderamente inquietante del caso es que un día antes de la detención de Bautista, éste fue revalidado en votación por los socios como presidente electo de la institución. Parafraseando al periodista Ignacio Escolar: "fue legitimado por las urnas". Ya lo advirtió Caco Senante, miembro de la Junta Directiva de la SGAE: que la entidad elegirá próximamente a Teddy Bautista como presidente ejecutivo de la misma, "esté o no imputado". Ya vemos que este caso se corresponde con el código político de nuestro país: que la imputación no es lo mismo que la condenación, aunque desde el punto de vista moral y ético el sólo hecho de estar imputado debería hacer dimitir de sus cargos a responsables de instituciones o partidos, práctica como vemos nada común en este país llamado España.
Se sospechaba que ese afán recaudatorio de la SGAE ocultaba algo muy oscuro. A pesar de que los cargos contra Bautista, Neri y sus colegas dentro de la SGAE aún están pendientes de resolución judicial, de ser ciertos, los defensores de la difusión de la cultura exigimos reparación en esta persecución sin cuartel contra los derechos de internautas y consumidores de cultura en general, los cuales están siendo acosados y sometidos a una recaudación sin tregua vía canon digital y mermada la libertad de información vía Ley Sinde. Y si encima los responsables del principal organismo garante de los derechos de autor habían institucionalizado una estructura mafioso-lucrativa, que paguen duramente bajo el peso de la ley sus fraudes y corruptelas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario