sábado, 26 de noviembre de 2011

José Prieto Marugán: "Una crítica tiene que decir si la interpretación que se ha hecho es correcta o no, según tus propios criterios"

En esta ocasión deseo hablaros de cuestiones relacionadas con mi profesión, y más concretamente con un género periodístico que ejerzo en gran medida en este blog especializado: la crítica musical. Para tratar este apasionante a la vez que polémico tema realicé el pasado año una entrevista a un crítico y comentarista que lleva más de 30 años dedicado al periodismo de divulgación musical y a la crítica discográfica y de espectáculos líricos: José Prieto Marugán. Con él tratamos acerca de aspectos relacionados con el ejercicio de la crítica musical.


José Prieto Marugán ha colaborado en las revistas Ritmo (1972-76), Soninter (1975-84) e Hilo Musical (1971-2001). Desde 1985 hasta 1991 fue colaborador de Radio-2, de Radio Nacional de España, y entre 1993 y 2001 ha sido responsable del diseño y programación de Canal 3 de Hilo Musical, dedicado a la Música Clásica. Actualmente colabora regularmente en las revistas Melómano, La Zarzuela (de la Fundación de la Zarzuela Española, de la que es redactor-jefe) y Música y Educación. Asimismo fue articulista permanente en temas relacionados con género lírico español durante los cinco años de vida (2005-2010) de la revista digital OpusMúsica (www.opusmusica.com). Ha publicado los libros: El Cid y la música y Calles y lugares de Madrid en la zarzuela, además de tres estudios críticos sobre La Parranda, El Huésped del Sevillano y La verbena de la Paloma.


P: ¿A qué fuentes especializadas acude para sus artículos?¿Cómo se documenta?
R: Tengo mi propia biblioteca que en temas musicales no es mala; aparte de los libros clásicos de zarzuela, el de “Chispero”, el de Deleito y Piñuelas y alguno más, tengo prácticamente todo lo que se ha publicado recientemente: Diccionario de la Zarzuela de Emilio Casares, el libro de la Historia del Teatro de la Zarzuela de Emilio Gª Carretero… Llevo además utilizando durante más de tres años el archivo de la Biblioteca de la Fundación Juan March, ya que estoy trabajando sobre un futuro e hipotético libro acerca del teatro lírico de Carlos y Guillermo Fernández Shaw (el libro aún no ha salido a la calle, por lo que podríamos estar hablando de una primicia).


P: Más que documentarse, ¿hay a veces que tener una buena memoria musical de los espectáculos que uno haya visto o de lo que uno ha recopilado?
R: Depende. Toda la experiencia que vayas acumulando te sirve. Hay críticos que cuando hacen una crítica de discos comparan unas grabaciones con otras, hay otros que antes de escuchar un nuevo disco, escuchan previamente todos los que puede: las versiones consideradas de referencia, aunque ése es un término muy relativo (hoy en día se están poniendo en duda algunas de las grabaciones consideradas en su momento como tales, por ejemplo las realizadas por Karajan). Hay otra gente que antes de ir a un concierto se escucha las grabaciones que tiene de ese concierto; eso no me parece bien porque el disco es un producto manufacturado, alterado o manipulado (un gallo de un cantante es inadmisible en una grabación, que los hay).


P: Usted comenta espectáculos de zarzuela. La zarzuela tiene una doble dificultad interpretativa…
R: La zarzuela tiene dos dificultades: el cambio de cantar a hablar, muy difícil para los cantantes (que no se produce en la ópera), y otra: muchas de las zarzuelas están en verso, y los actores actuales son incapaces de recitar, por ello hoy muchas veces se eliminan las tiras de verso originales de las obras.

En las críticas de finales del siglo XIX y principios del XX se hace hincapié en dos cosas: en la parte del texto de la zarzuela (el libro), como si fuera una obra de teatro hablado; y luego se comenta la música: las intervenciones recitadas y cantadas de los cantantes. Todo eso ha desaparecido, caso de la pasada Doña Francisquita del Teatro de La Zarzuela (se refiere a la producción de 2010): han eliminado el verso, pasándolo a prosa, porque no hay cantantes que sean capaces de decir esos versos. Y por ello han cometido un delito moral. Yo he visto siempre que la gente aplaude todo.


P: ¿El público debería ser más crítico con las obras?
R: Debería serlo, pero para eso hace falta tener una preparación, por ello no puede emitir una opinión: en el caso de la Francisquita el público no sabe que se han suprimido referencias a Madrid incluidas en el propio libreto, o algunas partes en verso.


P: ¿En qué elementos es necesario fijarse para elaborar una buena crítica de un espectáculo lírico?
R: Hay que fijarse en todo: interpretación musical, interpretación teatral, planteamiento, escenografía, movimiento actoral...


P: ¿Es la lírica el estadio artístico más difícil para opinar, debido a sus múltiples elementos?
R: En cierta medida. En los periódicos de finales del XIX la crítica la hacían dos personas: una se ocupaba de la parte teatral (literaria, libreto) y otra se encargaba de la parte musical. Ahora la crítica la hace una sola persona, y el crítico se fija en lo que le parece. Siempre ha sido así, los críticos se han preocupado de lo que les interesa, de lo que saben o de lo que les gusta: no hay un modelo, no hay unanimidad de criterios.


P: ¿El ejercicio de la crítica musical debería ser imparcial, sin intereses?
R: No debería haber intereses, aunque es muy difícil evitar eso: hay intereses de tipo económico, moral o amistoso. Una de las novedades que introdujo el periódico ABC cuando empezó a salir en 1905 fue que pagaba las entradas de teatro a sus críticos, y los teatros tenían que pagar las reseñas publicitarias de sus espectáculos. Eso da mucha independencia. Es un detalle a tener en cuenta. Hoy eso ha desaparecido.

En la crítica de un espectáculo hay que comentar la interpretación, no está de más poner algo de la obra, sobre todo si es poco conocida (una especie de introducción): así facilitas la información al lector, que no siempre la tiene. Una crítica tiene que decir si la interpretación que ha hecho tal señor te ha gustado o no te ha gustado, si según tus propios criterios es correcta o no.


P: ¿Y cómo se valora eso?
R: Hay detalles que no requieren el conocimiento previo de esa obra, por ejemplo, si hay desajustes en una orquesta, si un cantante no tiene fuelle para cantar, si suelta un gallo… aunque tampoco hay que ser un exigente ridículo. No hay que olvidar que es una interpretación en vivo. Ese tipo de cosas las vas aprendiendo. Fundamentalmente lo importante es lo que la música te diga. La crítica es una actividad totalmente subjetiva, cada uno lo ve de una manera, de ahí muchas veces las diferencias que hay entre criterios, pero hay cosas más o menos generales. La música se supone que te tiene que decir algo, y te lo dice. Es una mezcla de todo: de tu propia cultura, de tu experiencia como oyente, de tener una idea de los conceptos musicales.


P: ¿Cómo se hace la crítica de discos de música clásica, ópera o zarzuela?
R: Aparte de la interpretación (como en un concierto en vivo), hay que añadir algunos detalles como la presentación; si tiene una documentación adecuada: es importante tener un libreto en nuestro idioma (las autoridades deben impedir que aquí se publique una cosa que no esté en español) aunque hoy en día con los CDs ha quedado reducido a la mínima expresión, los comentarios prácticamente han desaparecido; la calidad técnica del sonido, etc. Luego hay unas "trampas" difíciles de detectar hechas por la industria del disco: la producción y la edición, ya que un CD es un producto fabricado, manufacturado.


P: ¿Cómo se lleva a cabo la crítica de libros sobre música clásica?
R: Viendo un poco el contenido, si éste responde a lo que se anuncia, detalles del estilo literario, que lo que se cuente, se entienda... Por ejemplo, un libro de divulgación no debe llevar demasiados elementos de erudición. Y que no sea un libro de esos que yo llamo de "cultura enciclopédica" (de copiar y pegar), que el autor aporte algo al tema.


P: ¿Es necesario tener la menta abierta, sin prejuicios, a la hora de presenciar una representación o concierto?
R: No se deben tener prejuicios, aunque uno siempre los tiene: de tipo moral, político… se quiera o no. Otra cosa es que eso aflore, te nuble la vista. Sobre todo cuando tienes que hacer un trabajo por obligación. Hay críticos y espectadores que van buscando a ver donde mete la pata el director o el cantante, no se debe ir a eso, hay que ir a lo que salga, ahora claro, tienes que hacer una crítica y hay que estar atento. Hay que verlo todo en conjunto: una zarzuela, una ópera o un concierto, es un espectáculo donde hay mucha gente.


Conclusiones

  • La crítica musical (como género periodístico de opinión que es) es una actividad enteramente subjetiva. Aunque hay unanimidad de criterios, para su correcta realización se deben tener en cuenta una serie de parámetros generales: las experiencias musicales personales, un mínimo de cultura musical (conocimiento del principal repertorio), coherencia interpretativa de los ejecutantes en un concierto, etc.
  • Cada crítico especializado tiene su método de trabajo propio a la hora de preparar su artículo de crítica musical.
  • El elemento visual no debe sustituir al elemento textual en una publicación digital sobre música. Asimismo, un artículo (crítica, reseña, comentario, etc…) en Internet no debería sobrepasar las cinco páginas.
  • La publicidad coarta la independencia de un crítico a la hora de realizar su trabajo, principalmente a la hora de comentar un nuevo disco.
  • Gran parte del público no especializado en música no está preparado para ser crítico con las obras que presencia en conciertos, representaciones operísticas o de zarzuela, ya que en ocasiones no conocen adecuadamente las obras, y por ello no pueden emitir una opinión o un juicio coherente y bien argumentado sobre lo que han visto.
  • Toda crítica musical debe contener información acerca de la obra que se interpreta, especialmente si es inédita o de nuevo estreno.
  • Los intereses personales no deben primar en una crítica especializada en música clásica, aunque muchas veces es dificultoso evitar esto, por la confluencia de intereses económicos, morales, amistosos, políticos… que puede producirse. La independencia y la imparcialidad deben prevalecer a la hora de juzgar en una crítica musical.
  • No se deben tener prejuicios al presenciar cualquier espectáculo de música clásica (concierto, ópera, zarzuela) ni fijarse únicamente en uno de los elementos que conforman el espectáculo musical, sino apreciar el conjunto.

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