domingo, 7 de noviembre de 2010

La Poética de Stravinsky

El primer libro que he elegido reseñar es la gran obra estética de Igor Stravinsky, su ensayo titulado Poética musical (os informo de que es una crítica que elaboré para una asignatura de mi carrera, me salió un poco extensa, lo reconozco). Espero que os ilustre:




Crítica del libro: POÉTICA MUSICAL (Ígor Stravinsky)
2006, Barcelona: Editorial Acantilado

El compositor ruso Ígor Stravinsky ofrece seis conferencias sobre música en septiembre de 1939 con motivo de ocupar la cátedra de Poética en la Universidad de Hardvard. Son dichas conferencias las que componen íntegramente este libro.

El autor de Pulcinella adopta en cada una de las conferencias una narración en primera persona en tono de elocución (a modo de clases magistrales) dirigiéndose a un auditorio integrado por estudiantes de la mencionada universidad.

El contenido del libro está estructurado por las seis conferencias, cada una con un título, más un epílogo.

  • En la primera de ellas (que lleva el significativo título de “Toma de contacto”), Stravinsky explica a su auditorio sobre lo que pretende con las lecciones (una explicación de la música, del hacer en música) y sobre los temas que va a exponer en cada una de ellas. Establece que las bases de una obra deben erigirse sobre los principios de orden y disciplina, aunque la música cuente con múltiples y variados elementos conformadores. Pone como ejemplo su paradigmática La Consagración de la Primavera, donde defiende que ese ballet no fue una revolución musical el día de su escandaloso estreno (a pesar de ser tildado él mismo como revolucionario), sino que lo que él se limitó a hacer fue utilizar otro tipo de lenguaje musical novedoso, con lo que dio vida a una nueva entidad musical nunca vista hasta entonces.

  • En la segunda clase magistral (“Del fenómeno musical”) el compositor desvela algunas de las características definidoras del arte musical: trata de esclarecer de forma más o menos sencilla y personal (tal como los entiende él mismo en su forma de componer ordenadamente) algunos de los conceptos básicos en música: tiempo (objetivo y subjetivo), metro, sonido, diacronía, ritmo, consonancia, disonancia, tonalidad, atonalidad, modalidad, polaridad, melodía, monodia, allegro…

  • En “De la composición musical” el autor de Petruchska se centra en los conceptos de inspiración, arte y artista en relación con el proceso creador. Reivindica la invención como deber del compositor para con la música, y desvela los pormenores de dicho concepto. Manifiesta su temor hacia la libertad total al serle permitido todo en la creación musical. Aboga por un arte limitado, regulado y vigilado. Concibe a la libertad creadora como los movimientos posibles dentro de unos límites cerrados que el compositor se ha impuesto a sí mismo.

  • “Tipología musical” versa sobre el trabajo de selección que todo compositor debe llevar a cabo para crear sus obras, lo que se trasluce en un estilo musical concreto. A ello añade cuestiones de actualidad de la época como el esnobismo de ciertos críticos (o pompiers de vanguardia, como él mismo denomina) frente a la espontaneidad de un público no prevenido a favor o en contra de una obra; el mecenazgo, y la continua polémica entre las dicotomías modernismo/academicismo y clasicismo/romanticismo.

  • En “Las transformaciones de la música rusa” el compositor trata de desvelar los cambios más significativos en el último siglo que afectaron a la música rusa, desde Mijail Glinka y el “Grupo de los Cinco” hasta la música en la URSS y la concepción estética del régimen soviético encarnado en Stalin (realismo socialista), modelo de degradación, según Stravinsky, de los valores de la música tradicional rusa.

  • Por último, en la sexta y última conferencia, “De la ejecución”, el compositor ruso señala algunos de los peligros que afectan a la interpretación y ejecución musicales en la época en que imparte estas conferencias, así como errores e imprecisiones por parte de directores, intérpretes, etc, que denotan una falta de rigor y un desconocimiento de las partituras musicales que ejecutan. Por otro lado, lanza contra los críticos musicales de la época un duro varapalo por atribuirse la potestad de juzgar sobre las composiciones, y centra la atención en el criterio y gusto del público a la hora de valorar una obra musical estrenada.

  • En el Epílogo, Stravinsky, en un magistral alarde filosófico, llama al orden y a la unidad de la obra musical (lo que él llama la resonancia), y la necesidad de compartir la creación musical en comunión con el prójimo y con el Ser, lo que imprime a esta conclusión una sensación de trascendencia del arte musical.

El compositor ruso va desgranando cada uno de los conceptos teóricos, presentando temas y exponiendo visiones propias (así como experiencias personales) de la música en cada una de sus conferencias, y lo hace con la ayuda de ejemplos concretos acerca de compositores, intérpretes, obras, estilos musicales… para ilustrar o apoyar sus sentencias. No obstante, esta inclusión de ejemplos representativos sobre determinadas obras o estéticas musicales de ciertos autores a lo largo de sus tesis, hace que el compositor se detenga demasiado en la descripción-explicación de alguna escuela o tendencia musical, o pase por otra sin apenas dar demasiados detalles. Otra forma de apoyar o afirmar sus tesis lo hace de la mano de citas (textuales o no) del pensamiento de filósofos, escritores, pintores, etc…, lo que denota en Stravinsky una amplísima cultura. Asimismo, incluye experiencias y anécdotas personales que otorgan verosimilitud a lo narrado y/o explicado.

Esta obra requiere ciertos conocimientos musicales básicos por parte del lector, tales como términos musicales técnicos (aunque algunos los aclara y define el compositor), principales compositores importantes de la historia de la música, obras musicales relevantes (composiciones), escuelas y tendencias musicales, etapas de la historia de la música…

El lenguaje utilizado por Stravinsky es muy rico y variado, aunque en general pretende ser coloquial y de carácter didáctico. No puede evitar, al tratar de explicar determinados términos, estilos o estéticas musicales, caer en el tecnicismo. Abundan los adjetivos calificativos y los juicios categóricos (de valor) al referirse a determinados compositores o tendencias (estéticas) musicales (como por ejemplo a la Gesamtkunstwerk, u obra de arte total, predicada por Wagner y sus epígonos), y en alusión (de forma despectiva) a los críticos musicales, por lo que en este tipo de casos encontramos un lenguaje claramente incisivo, lo que es altamente representativo y notorio de la expresividad de su autor en relación con cierta temática musical afectada de pompiérisme.

En ocasiones puede parecer demasiado retórica la descripción o concepción de lo que es la música o alguna de sus características definidoras para el propio Stravinsky, ya que introduce frases de alto cariz literario (lo que los griegos llamaban en el discurso: delectare). Y es que el autor de El pájaro de fuego ofrece verdaderas reflexiones musicales personales acerca del arte musical, pensamientos que ha comprobado por sí mismo que se corresponden con la realidad concreta y pueden servir de referencia y de suma validez, así como que sus observaciones e investigaciones musicales son enteramente objetivas, como afirma en “Toma de contacto”.

Se puede estar o no de acuerdo con su opinión personal acerca de las concepciones musicales propias o de otros, pero su discurso cautiva y la selección de las palabras es excelsa.

En general, y para concluir, podemos decir que Poética musical de Stravinsky es la reflexión filosófica acerca de una cosmovisión intimista (a la vez que objetiva) de la estética y la composición musical (pasada y presente, propia y ajena) por un genio, y ya clásico, de la música del siglo XX, en un contexto histórico y musical concreto. A través de las propias concepciones del arte sonoro, lejos de todo dogmatismo, y con una gran reivindicación hacia el orden, la disciplina y la tradición musicales (aspectos que subyacen a lo largo de toda la obra y que definen para él toda “poética musical”), el compositor ruso se va deteniendo en ciertas temáticas musicales (temas que son los que integran cada una de las conferencias) que según él podrían interesar a aquellos alumnos de la Universidad de Hardvard que, en ese convulso año de 1939, le escuchaban atentamente. Y hoy en día, a todo aquel que quiera acercarse a un tipo de comprensión muy personal del arte universal por excelencia.

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